¿Keiko Fujimori combate la corrupción?
"Señora K" dice que es impopular porque combate a la corrupción
La lideresa fujimorista estuvo en la capital del departamento norteño participando en actividades de apoyo a los candidatos de Fuerza Popular al gobierno regional y a los distintos gobiernos locales (municipios) tumbesinos.
¿A qué cree usted que se debe su baja popularidad?, preguntó un reportero.
Fujimori Higuchi respondió: “Entiendo que cuando uno tiene que confrontar a la corrupción y cuando tiene que tomar decisiones difíciles esto implica un costo político y, por supuesto, estamos dispuestos a asumir ese costo político porque sabemos que estamos actuando correctamente y haciendo lo mejor para nuestro país”.
EXPEDIENTE KEIKO
En los hechos, Keiko Fujimori es la heredera política de uno de los regímenes más corruptos de nuestra historia reciente.
Ella misma, ahora, es una justiciable implicada en cuatro investigaciones fiscales como sospechosa del delito de lavado de activos que habría cometido usando a su partido político como organización criminal.
Unas de las más graves acusaciones es haber recibido de Odebrecht, la mayor empresa corruptora en Brasil, Perú y otros países de Latinoamérica y África, un millón de dólares para su campaña presidencial del 2011.
Precisamente, pretextando actividades político partidarias, ayer ni hoy no se presentó a interrogatorios que el fiscal del caso Lava Jato, José Pérez Gómez debe aplicarle, en pos de que diga la verdad sobre el aporte de Odebrecht y otros presuntos manejos delictivos.
PERCEPCIÓN CIUDADANA
Contra ella y su agrupación, está vigente la percepción pública de que ejerció su poder a través de la representación parlamentaria de su partido para evitar ser incluida entre los presuntos autores de ilícitos que ha detectado la comisión Lava Jato del Congreso, controlada por Fuerza Popular.
También es casi un lugar común su acción encubridora de varios legisladores fujimoristas denunciados por casos de corrupción y de protección al repudiado fiscal de la Nación, Pedro Chávarry.
Hasta hoy, de modo periférico, Keiko Fujimori, está también vinculada a la organización criminal “Los Cuellos Blancos del Puerto” por su presunta relación con el suspendido vocal supremo, César Hinostroza, quien era presidente de la sala penal de la corte suprema que iba a decidir sobre su reclamo de que no la investiguen en el “Caso Cocteles”, como integrante de una organización criminal.
Sin embargo, uno de sus hombres de confianza y operador político, el congresista Héctor Becerril, está denunciado constitucionalmente por su presunta vinculación con “Los Cuellos Blancos del Puerto”, para manipular nombramientos en el casi extinto Consejo Nacional de la Magistratura.
ALGO MÁS
El rechazo ciudadano a FP se expresó ayer en la avenida Abancay cuando, muy cerca del Congreso, los parlamentarios naranjas Becerril y Mamani fueron increpados por un grupo de señoras que los encararon llamándolos a gritos “corruptos”, “ladrones” y otros epítetos.
Créditos/diariouno.pe
"Señora K" dice que es impopular porque combate a la corrupción
La jefa del partido Fuerza Popular, Keiko Fujimori Higuchi, declaró ayer en Tumbes que su baja aprobación o popularidad, se debe a que está luchando contra la corrupción, dejando perplejos a los periodistas y a la ciudadanía.
La lideresa fujimorista estuvo en la capital del departamento norteño participando en actividades de apoyo a los candidatos de Fuerza Popular al gobierno regional y a los distintos gobiernos locales (municipios) tumbesinos.
¿A qué cree usted que se debe su baja popularidad?, preguntó un reportero.
Fujimori Higuchi respondió: “Entiendo que cuando uno tiene que confrontar a la corrupción y cuando tiene que tomar decisiones difíciles esto implica un costo político y, por supuesto, estamos dispuestos a asumir ese costo político porque sabemos que estamos actuando correctamente y haciendo lo mejor para nuestro país”.
EXPEDIENTE KEIKO
En los hechos, Keiko Fujimori es la heredera política de uno de los regímenes más corruptos de nuestra historia reciente.
Ella misma, ahora, es una justiciable implicada en cuatro investigaciones fiscales como sospechosa del delito de lavado de activos que habría cometido usando a su partido político como organización criminal.
Unas de las más graves acusaciones es haber recibido de Odebrecht, la mayor empresa corruptora en Brasil, Perú y otros países de Latinoamérica y África, un millón de dólares para su campaña presidencial del 2011.
Precisamente, pretextando actividades político partidarias, ayer ni hoy no se presentó a interrogatorios que el fiscal del caso Lava Jato, José Pérez Gómez debe aplicarle, en pos de que diga la verdad sobre el aporte de Odebrecht y otros presuntos manejos delictivos.
PERCEPCIÓN CIUDADANA
Contra ella y su agrupación, está vigente la percepción pública de que ejerció su poder a través de la representación parlamentaria de su partido para evitar ser incluida entre los presuntos autores de ilícitos que ha detectado la comisión Lava Jato del Congreso, controlada por Fuerza Popular.
También es casi un lugar común su acción encubridora de varios legisladores fujimoristas denunciados por casos de corrupción y de protección al repudiado fiscal de la Nación, Pedro Chávarry.
Hasta hoy, de modo periférico, Keiko Fujimori, está también vinculada a la organización criminal “Los Cuellos Blancos del Puerto” por su presunta relación con el suspendido vocal supremo, César Hinostroza, quien era presidente de la sala penal de la corte suprema que iba a decidir sobre su reclamo de que no la investiguen en el “Caso Cocteles”, como integrante de una organización criminal.
Sin embargo, uno de sus hombres de confianza y operador político, el congresista Héctor Becerril, está denunciado constitucionalmente por su presunta vinculación con “Los Cuellos Blancos del Puerto”, para manipular nombramientos en el casi extinto Consejo Nacional de la Magistratura.
ALGO MÁS
El rechazo ciudadano a FP se expresó ayer en la avenida Abancay cuando, muy cerca del Congreso, los parlamentarios naranjas Becerril y Mamani fueron increpados por un grupo de señoras que los encararon llamándolos a gritos “corruptos”, “ladrones” y otros epítetos.
Créditos/diariouno.pe
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