El Cóndor y los Incas
El Cóndor y su mitología entre los Incas
Los cóndores son aves carroñeras que sólo se encuentran en el hemisferio occidental. Dos especies son reconocidas: el Cóndor Andino (Vultur gryphus) en América del Sur y el Cóndor Californiano (Gymnogyps californianus) en América del Norte.
El cóndor es miembro de la Familia Cathartidae, palabra derivada del griego kathartes que significa "el que limpia", palabra que explica claramente su función biológica en el ecosistema, pues es una especie carroñera. Cóndor se deriva de la palabra quechua cúntur, que significa "ave de rapiña".
Los cóndores habitan en lugares donde se presentan vientos o corrientes ascendentes de aire caliente razonablemente confiables para volar alto. Estos sitios le proporcionan un ambiente suficientemente despejado como para descubrir y llegar a las fuentes de alimento y suministros adecuados de carroña. Un estudio sobre los cóndores en Chile señala que los cóndores vuelan alto preferentemente cuando los vientos son moderados (25-48 km/h), y con menor frecuencia con vientos fuertes, es decir, de más de 64 km/h.
Reproducción: El ciclo reproductivo del cóndor, desde el cortejo, apareamiento, incubación y nacimiento del polluelo y abandono del nido, dura aproximadamente dos años. El celo transcurre durante los meses de agosto y septiembre. El cortejo se evidencia en danzas nupciales en tierra firme. Luego de la cópula la hembra deposita un solo huevo en cuevas o grietas que le sirven de nido, el cual corresponde al lecho pedregoso o de arenisca del lugar. El período de incubación es de 54 a 65 días, y es compartida entre el macho y la hembra. Tienen una baja tasa reproductiva, una cría cada dos o tres años. El pichón permanece en el nido entre seis a ocho meses, periodo durante el cual los padres le traen el alimento en su buche. A los seis meses ya intenta dar sus primeros vuelos en el área inmediata a su lugar de nacimiento y a los nueve el juvenil está listo para acompañar a sus padres en sus vuelos. De ellos asimilara los conocimientos ancestrales básicos para su supervivencia. Al cabo de un año y medio o dos se integra a la población local, y disputa un lugar en la carroña. La madurez sexual se manifiesta entre los ocho y diez años, y un adulto puede llegar a vivir 50 años.
Alimentación: El cóndor es un animal exclusivamente carroñero, esto quiere decir que no mata ni caza para comer, sino que se alimenta de cadáveres de animales o carroña, sin embargo, cuando la carroña escasea, ataca a animales vivos, y de hacerlo elige a los recién nacidos, enfermos y moribundos o come huevos de otras aves.
Son capaces de alimentarse de mamíferos muertos de cualquier tamaño. Entre sus preferidos están la carroña de camélidos, (guanaco, vicuña, llama y alpaca), aunque también se alimenta de roedores y ganado. En las regiones costeras y en regiones áridas, el mar produce más alimentos para los cóndores que la tierra (los mamíferos que pastan son menos abundantes), por lo que la carroña marina es de gran importancia en su dieta.
El cóndor cumple una función biológica fundamental en lo que se denomina la cascada de carroñeros, ya que gracias a su poderoso y afilado pico, es el único que puede romper los gruesos cueros de los animales mayores como puede ser una vaca o un guanaco. Esto permite que luego de comer, puedan alimentarse otros carroñeros más pequeños, como caranchos (Polyborus plancus), chimangos o tiuques y jotes, entre otros.
Luego de comer, los cóndores se reúnen en los posaderos, paredones altos y escarpados donde descansan y duermen. Estos paredones poseen la característica de estar manchados con sus fecas (manchas blancas en las repisas donde se posan).
Situación actual: Esta especie, a pesar de su importancia ecológica y simbólica, se encuentra clasificada como Vulnerable en todo el país. La baja tasa de reproducción, el ser tomados permanentemente como blanco de inescrupulosos cazadores que los eligen como trofeo, el envenenamiento por ingestión de balas de plomo o carroña envenenada con cebos tóxicos, y la alteración del ambiente causada por la expansión del desarrollo humano son sólo algunas de las causas que explican esta situación.
Los Inka creían que el cóndor era inmortal. Según cuenta el mito, cuando el animal siente que comienza a envejecer y que sus fuerzas se le acaban, se posa en el pico más alto y saliente de las montañas, repliega las alas, recoge las patas y se deja caer a pique contra el fondo de las quebradas, donde termina su reinado. Esta muerte es simbólica, ya que con este acto el cóndor vuelve al nido, a las montañas, desde donde renace hacia una un nuevo ciclo, una nueva vida. El cóndor simbolizaba la fuerza, la inteligencia y el enaltecimiento o exaltación. Era un animal respetado por todos aquellos que vivían en los Andes, ya que no sólo traía buenos y malos presagios, sino que también era el responsable de que el sol saliera cada mañana, pues con su energía era capaz de tomar el astro y elevarlo sobre las montañas iniciando el ciclo vital.
Los incas entraron en escena a mediados del siglo XV y perduraron un centenar de años hasta la llegada de los españoles. La ocupación de Tiwanaku tuvo lugar alrededor de 1445. Formaron un imperio llamado Tahuantinsuyo y establecieron en el Cuzco su capital. Allí se encuentra el consagrado Templo del Sol donde se realizaban ceremonias religiosas en las que “se sacrificaban animales, salvo algunos de carácter totémico como el puma y el cóndor“.
Según la división del universo indígena que dan los cronistas hay un Hanan Pacha o cielo o mundo superior, un Kay Pacha o suelo de aquí o medio, y un Uk’u Pacha o suelo de adentro, que algunos cronistas identifican erróneamente con el infierno cristiano. El vocablo pacha es sumamente complicado de interpretar, pero se relacionaría con el hábitat o suelo. Estos tres niveles además se identifican con sus animales sagrados: la serpiente, el puma y el cóndor andino.
Para los incas el cóndor o Apu Kuntur era un “Mensajero de los Dioses” que voló hacia el nivel superior del mundo religioso (el Hanan Pacha) para luego llevar las plegarias a los dioses. Es la unión entre el Hanan Pacha con el Kay Pacha. Representa la inteligencia y enaltecimiento o exaltación. Todos los días el cóndor eleva el sol sobre el cielo. Las tradiciones cuentan que un cóndor muerto cayó en la “Casa de las vírgenes del Sol”, lo que fue interpretado como un anuncio de la destrucción de Tahuantinsuyo.
También en el Cuzco, la Fortaleza de Sacsahuaman tuvo, a pesar de las distintas interpretaciones dadas por los cronistas, una función preponderantemente religiosa. Para muchos estudiosos sus tres muros representan los tres niveles del mundo religioso andino a los que se ha hecho referencia. Quien mejor ha descripto el monumento ha sido el Inca Garcilaso de la Vega. Originalmente existieron tres muros de piedra zigzagueantes y paralelos construidos a niveles diferentes, y de dimensiones descomunales. Actualmente sólo se conservan las bases de estos tres muros. El del medio sería el Apu Kuntur. Continuando con el legado incaico, en una pared de Macchu Picchu, en el valle de Urubamba, hay un petroglifo con la imagen de un cóndor.
Créditos/tispain.com
El Cóndor y su mitología entre los Incas
Los cóndores son aves carroñeras que sólo se encuentran en el hemisferio occidental. Dos especies son reconocidas: el Cóndor Andino (Vultur gryphus) en América del Sur y el Cóndor Californiano (Gymnogyps californianus) en América del Norte.
El cóndor es miembro de la Familia Cathartidae, palabra derivada del griego kathartes que significa "el que limpia", palabra que explica claramente su función biológica en el ecosistema, pues es una especie carroñera. Cóndor se deriva de la palabra quechua cúntur, que significa "ave de rapiña".
Los cóndores habitan en lugares donde se presentan vientos o corrientes ascendentes de aire caliente razonablemente confiables para volar alto. Estos sitios le proporcionan un ambiente suficientemente despejado como para descubrir y llegar a las fuentes de alimento y suministros adecuados de carroña. Un estudio sobre los cóndores en Chile señala que los cóndores vuelan alto preferentemente cuando los vientos son moderados (25-48 km/h), y con menor frecuencia con vientos fuertes, es decir, de más de 64 km/h.
Principales características y comportamiento |
Alimentación: El cóndor es un animal exclusivamente carroñero, esto quiere decir que no mata ni caza para comer, sino que se alimenta de cadáveres de animales o carroña, sin embargo, cuando la carroña escasea, ataca a animales vivos, y de hacerlo elige a los recién nacidos, enfermos y moribundos o come huevos de otras aves.
Son capaces de alimentarse de mamíferos muertos de cualquier tamaño. Entre sus preferidos están la carroña de camélidos, (guanaco, vicuña, llama y alpaca), aunque también se alimenta de roedores y ganado. En las regiones costeras y en regiones áridas, el mar produce más alimentos para los cóndores que la tierra (los mamíferos que pastan son menos abundantes), por lo que la carroña marina es de gran importancia en su dieta.
El cóndor cumple una función biológica fundamental en lo que se denomina la cascada de carroñeros, ya que gracias a su poderoso y afilado pico, es el único que puede romper los gruesos cueros de los animales mayores como puede ser una vaca o un guanaco. Esto permite que luego de comer, puedan alimentarse otros carroñeros más pequeños, como caranchos (Polyborus plancus), chimangos o tiuques y jotes, entre otros.
Luego de comer, los cóndores se reúnen en los posaderos, paredones altos y escarpados donde descansan y duermen. Estos paredones poseen la característica de estar manchados con sus fecas (manchas blancas en las repisas donde se posan).
Situación actual: Esta especie, a pesar de su importancia ecológica y simbólica, se encuentra clasificada como Vulnerable en todo el país. La baja tasa de reproducción, el ser tomados permanentemente como blanco de inescrupulosos cazadores que los eligen como trofeo, el envenenamiento por ingestión de balas de plomo o carroña envenenada con cebos tóxicos, y la alteración del ambiente causada por la expansión del desarrollo humano son sólo algunas de las causas que explican esta situación.
El Condor y los Incas |
Los incas entraron en escena a mediados del siglo XV y perduraron un centenar de años hasta la llegada de los españoles. La ocupación de Tiwanaku tuvo lugar alrededor de 1445. Formaron un imperio llamado Tahuantinsuyo y establecieron en el Cuzco su capital. Allí se encuentra el consagrado Templo del Sol donde se realizaban ceremonias religiosas en las que “se sacrificaban animales, salvo algunos de carácter totémico como el puma y el cóndor“.
Según la división del universo indígena que dan los cronistas hay un Hanan Pacha o cielo o mundo superior, un Kay Pacha o suelo de aquí o medio, y un Uk’u Pacha o suelo de adentro, que algunos cronistas identifican erróneamente con el infierno cristiano. El vocablo pacha es sumamente complicado de interpretar, pero se relacionaría con el hábitat o suelo. Estos tres niveles además se identifican con sus animales sagrados: la serpiente, el puma y el cóndor andino.
Para los incas el cóndor o Apu Kuntur era un “Mensajero de los Dioses” que voló hacia el nivel superior del mundo religioso (el Hanan Pacha) para luego llevar las plegarias a los dioses. Es la unión entre el Hanan Pacha con el Kay Pacha. Representa la inteligencia y enaltecimiento o exaltación. Todos los días el cóndor eleva el sol sobre el cielo. Las tradiciones cuentan que un cóndor muerto cayó en la “Casa de las vírgenes del Sol”, lo que fue interpretado como un anuncio de la destrucción de Tahuantinsuyo.
También en el Cuzco, la Fortaleza de Sacsahuaman tuvo, a pesar de las distintas interpretaciones dadas por los cronistas, una función preponderantemente religiosa. Para muchos estudiosos sus tres muros representan los tres niveles del mundo religioso andino a los que se ha hecho referencia. Quien mejor ha descripto el monumento ha sido el Inca Garcilaso de la Vega. Originalmente existieron tres muros de piedra zigzagueantes y paralelos construidos a niveles diferentes, y de dimensiones descomunales. Actualmente sólo se conservan las bases de estos tres muros. El del medio sería el Apu Kuntur. Continuando con el legado incaico, en una pared de Macchu Picchu, en el valle de Urubamba, hay un petroglifo con la imagen de un cóndor.
Créditos/tispain.com
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