Arequipa: El paraíso de San José
Caleta San José, un lugar de comunión con la naturaleza
Este lugar, que obtuvo en tres oportunidades el premio Mejor Playa Natural, es un refugio de una fauna impresionante, debido a la poca presencia humana. Ubicada en la provincia de Camaná, solo se puede llegar en lancha, y en el lugar hay un albergue para turistas. Solo hay una condición para disfrutarlo: desconectarse del mundo.Playa virgen.
En San José hay un albergue turístico de los arequipeños Gonzalo Llerena, Mauricio Mendoza del Solar y socios , que encaja perfectamente con el paisaje, sus paredes son color arena y en vez de puertas de cemento o concreto tiene vidrios con una espectacular vista al mar.
En esta y en las otras caletas que se despliegan en el litoral arequipeño, entre Quilca y Matarani, se puede nadar, hacer kayak, bucear, pescar, y sobre todo, ser feliz . Cuentan los visitantes asiduos que por las noches han visto con claridad estrellas fugaces y caídas de meteoritos.
RUTA AL PARAÍSO
Llegar implica pequeños sacrificios. Si parte desde Arequipa debe dirigirse hasta Quilca, ubicado en el kilómetro 845 de la Panamericana Sur (El Cruce), luego debe tomar el desvío, a partir de allí el camino es trocha . El trayecto, que dura cerca a una hora hasta el puerto artesanal de Quilca, tiene sus recompensas. Entre los arenales aparecen playas y pequeñas bahías desiertas, ocupadas a veces por campamentos rústicos , que en realidad son empresarios que en verano venden comida a los visitantes.
Aunque parezca increíble, esa arena gris que cubre las dunas en realidad es ceniza volcánica muy antigua . La presencia de una gran fábrica de harina de pescado, antes de llegar a Quilca, choca con ese ambiente de playa natural. Según nos contaron los guías, la fabrica dejó de funcionar. "Felizmente, porque contaminaba el mar", afirman.
Una vez en Quilca, puerto artesanal de gran movimiento con cerca de 600 pobladores, se debe tomar una embarcación. El trayecto a San José dura una hora y cuarenta minutos , dependiendo del humor del mar y las olas. Un consejo infaltable para los principiantes en navegación: tomar media hora antes de hacerse a la mar, una pastilla para el mareo.
Hay otra ruta, partiendo desde el puerto de Matarani, en la provincia de Islay. Desde ese punto, llegar a la caleta demora tres horas.
UN GRAN CONSEJO
Después de ver solo mar, con la compañía eventual de pelicanos, gaviotas y delfines (si tiene suerte), se abre paso la caleta San José, una playa mansa rodeada de rocas , que fue escogida por Gonzalo y Mauricio hace casi 13 años para instalar un negocio de criadero de conchas de abanico (las más grandes que he visto).
Fue en el 2004 , y tras la visita ocasional de Rafo León , conocido escritor y periodista, que Gonzalo y Mauricio construyeron aquí (poco a poco) un albergue, donde se tiene los servicios básicos (agua, desagüe, energía) dormitorios, comedor, cocina y también nueve bungalows, cada uno con baño privado .
Mauricio relata que Rafo León les aconsejó abrir el lugar para turistas , porque tenía gran potencial. Aquí, Rafo León escribió su libro "Viajes de Perro" , una crónica de 260 páginas sobre sus viajes y extravíos durante varios años. Le tomó un mes de internamiento en San José. De hecho, relata Mauricio, el nombre de su libro tiene mucho que ver con Kayser y Machita, las mascotas del albergue.
Gonzalo tiene un romance declarado con la naturaleza y el mar. Por eso su albergue es ecológico. Los desagües no van al mar, sino a un sistema de pozos subterráneos, donde se tratan las aguas residuales. No por gusto, esta playa obtuvo tres veces el premio a mejor playa natural del Perú .
La estupenda culinaria de Arturo y Piero, también debería recibir un premio . Ellos preparan delicias con productos frescos, literalmente recién sacados del mar. Los chicharrones, el pulpo al olivo o el pescado frito lo dejarán con la repetición en la boca.
Abundante fauna en las playas y caletas cercanas a San José
En toda la zona hay un sinfín de especies marinas y aves. Al llegar aquí merece hacer un recorrido por sus playas, caletas y ensenadas . Hacia el norte de la caleta se encuentra La Sorda, La Chicanera, Arantas, Huacchiray, Huagin, el valle y la caleta de Quilca .
Hacia el sur, La Francesa, Ancumpita, La Huata, Honoratos y la Isla Hornillos no solo son impresionantes a la vista, también concentran la mayor variedad y cantidad de fauna marina de la zona . Lo que más abunda son las focas marinas, los pingüinos, las chuitas (aves con pico rojo) y los zarcillos (que tienen una pinta en la cabeza que parece un arete colgante).
También hay muchas especies marinas, como el lenguado (aparece en octubre), la cabrilla, el ojo de uva, el cherlo, el pejegallo (solo en verano), las tolinas y los pulpos. Más adentro también hay delfines y si tiene suerte puede ver una ballena.
Créditos/larepublica.pe
Caleta San José, un lugar de comunión con la naturaleza
Este lugar, que obtuvo en tres oportunidades el premio Mejor Playa Natural, es un refugio de una fauna impresionante, debido a la poca presencia humana. Ubicada en la provincia de Camaná, solo se puede llegar en lancha, y en el lugar hay un albergue para turistas. Solo hay una condición para disfrutarlo: desconectarse del mundo.Playa virgen.
Despertar en la caleta San José es como no despertar . De pronto te encuentras bajo el azul intenso de un cielo límpido , caminando por una playa de arenas finas, y más allá el mar tranquilo, en reposo , y mucho más allá todavía, las rocas caprichosas que empozan el agua cristalina. ¡Es el paraíso! Es como la prolongación de un sueño . Mágico. Casi irreal.
La puerta para entrar a este encantamiento total es desconectarse de todo. Esta bella playa en la provincia arequipeña de Camaná no tiene señal de celular, ni teléfono fijo, ni Internet . Y lo más importante: solo se puede llegar por mar . Así que los turistas 4x4, abstenerse.
RUTA AL PARAÍSO
Llegar implica pequeños sacrificios. Si parte desde Arequipa debe dirigirse hasta Quilca, ubicado en el kilómetro 845 de la Panamericana Sur (El Cruce), luego debe tomar el desvío, a partir de allí el camino es trocha . El trayecto, que dura cerca a una hora hasta el puerto artesanal de Quilca, tiene sus recompensas. Entre los arenales aparecen playas y pequeñas bahías desiertas, ocupadas a veces por campamentos rústicos , que en realidad son empresarios que en verano venden comida a los visitantes.
UN GRAN CONSEJO
Después de ver solo mar, con la compañía eventual de pelicanos, gaviotas y delfines (si tiene suerte), se abre paso la caleta San José, una playa mansa rodeada de rocas , que fue escogida por Gonzalo y Mauricio hace casi 13 años para instalar un negocio de criadero de conchas de abanico (las más grandes que he visto).
Mauricio relata que Rafo León les aconsejó abrir el lugar para turistas , porque tenía gran potencial. Aquí, Rafo León escribió su libro "Viajes de Perro" , una crónica de 260 páginas sobre sus viajes y extravíos durante varios años. Le tomó un mes de internamiento en San José. De hecho, relata Mauricio, el nombre de su libro tiene mucho que ver con Kayser y Machita, las mascotas del albergue.
La estupenda culinaria de Arturo y Piero, también debería recibir un premio . Ellos preparan delicias con productos frescos, literalmente recién sacados del mar. Los chicharrones, el pulpo al olivo o el pescado frito lo dejarán con la repetición en la boca.
En toda la zona hay un sinfín de especies marinas y aves. Al llegar aquí merece hacer un recorrido por sus playas, caletas y ensenadas . Hacia el norte de la caleta se encuentra La Sorda, La Chicanera, Arantas, Huacchiray, Huagin, el valle y la caleta de Quilca .
Hacia el sur, La Francesa, Ancumpita, La Huata, Honoratos y la Isla Hornillos no solo son impresionantes a la vista, también concentran la mayor variedad y cantidad de fauna marina de la zona . Lo que más abunda son las focas marinas, los pingüinos, las chuitas (aves con pico rojo) y los zarcillos (que tienen una pinta en la cabeza que parece un arete colgante).
También hay muchas especies marinas, como el lenguado (aparece en octubre), la cabrilla, el ojo de uva, el cherlo, el pejegallo (solo en verano), las tolinas y los pulpos. Más adentro también hay delfines y si tiene suerte puede ver una ballena.
Créditos/larepublica.pe
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