lunes, octubre 8

La leyenda del Ceibo del Diablo

El Ceibo del Diablo

En Uña de Gato, centro poblado del distrito de Papayal, en la provincia de Zarumilla el viajero podía darse cuenta que en pleno camino hacia este lugar hay una quebrada donde sobresale un frondoso ceibo, el mismo que los naturales le llaman el "el ceibo del diablo". Cuentan nuestros relatantes que en dicho lugar, a las doce de la noche aparece un personaje endomoniado que amenazaba con llevarse al infierno a todo mortal que pasa por dicho lugar a esa hora de la noche.
La leyenda del Ceibo del Diablo - DePeru
Don Sixto Núñez y don Pedro Cedillo, vecinos de dicho lugar (ya fallecidos) contaban que a este último se le había enfermado un familiar y tenía que viajar a Zarumilla a caballo y si tenía suerte, tomar carro para viajar a Tumbes en busca de un médico. La sola idea de pasar por el "ceibo del diablo" se le ponía la carne de gallina, pero tanto era la urgencia que se olvidó de venirse a caballo y lo hizo a pie, con su escapulario del Señor de los Milagros en el pecho y su escopeta en la mano, se dirigió a cumplir su misión. Al llegar a la quebrada donde queda el "ceibo del diablo", escuchó voces, veía luces de linterna, cual no sería su asombro, al ver que un grupo con una serie de bultos que al entregárselos a otros recibían dinero a la vez. Dice nuestro relator, que don Pedro Cedillo pensó que se trataba de aquellos mortales que realizan negocios con el diablo, se encomienda a Dios y cogió la escopeta, luego hizo tres disparos al aire, al tiempo que vio que dichas personas comenzaron a correr y él hizo lo mismo y no paró hasta que se dejó caer de cansancio en el parque de Zarumilla, unos amigos lo recordaron y le ayudaron a ponerse de pie. Lo cierto es que, nuestro amigo se enteró que los contrabandistas desafiando al demonio del "ceibo del diablo" realizaban sus negocios ilícitos en dicho lugar.
La leyenda del Ceibo del Diablo
Los vecinos de los poblados cercanos a Uña de Gato, afirman que muchas de las personas que han sido víctimas de este maleficio, impuesto por el demonio y credulidad popular no han podido arrancar de sus creencias el respeto que tienen por el "ceibo del diablo" y son muy pocos o casi nadie los que se han atrevido pasar a las doce de las noche por este lugar, y los que lo han hecho de día no dejan de mostrar respeto al pasar por dicho lugar.
Créditos/mitosleyendasdemiregion.blogspot.com/Pablo A. Cornejo Benavides

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