Biografía Corta | Túpac Yupanqui
Túpac Yupanqui, o Túpac Inca Yupanqui (Cusco, 1441-Chinchero, 1493), fue el décimo Inca o soberano del Imperio incaico, sucesor de Pachacútec. Asumió el correinado probablemente entre los 15 y 30 años de edad (entre 1456 y 1461). Luego, tras la muerte de su padre, se hizo absoluto cargo del poder.
Durante su época como hatun auqui y luego como inca ("Rey") empleó la mayor parte de su tiempo en campañas bélicas de conquista o «pacificación», e, incluso, de exploración. Estas últimas lo habrían llevado a Quito por el norte, el Río Maule por el sur, el país de los opataris y el Paititi por el este y Mangareva por el oeste. Sin embargo, también tuvo activa participación en el gobierno. Así, estableció a los curacas, realizó el primer censo general, distribuyó el trabajo, asignó impuestos, cimentó los mitimaes, continuó la construcción de los grandes caminos, ordenó las cárceles, propagó el culto al Sol e implantó un calendario basado en sí mismo, embelleció con palacios la ciudad de Tumipamba en honor de su recién nacido Huayna Capac y fundó la ciudad de Quito. Se hacía llamar «El Resplandeciente».
Tomó como esposa principal a su hermana Mama Ocllo (homónima de la esposa del primer Inca), en la cual tuvo pocos hijos. Sin embargo, dejó fuerte descendencia entre concubinas y esposas secundarias.
Murió en Chincheros, tal vez envenenado por su esposa Chuqui Ocllo para favorecer a su hijo. Sin embargo, tras haberlo escogido como sucesor, se rectificó a último momento y designó como inca (emperador) al muy joven Huayna Cápac. Su momia perduró hasta la invasión quiteña, donde los generales quiteños Quizquiz y Calcuchimac la quemaron en venganza por haber conquistado Quito. La Capac Panaca, que conforma su descendencia, recogió las cenizas y las habría escondido por Calispuquio junto a su deidad tutelar.
Biografía Ampliada | Túpac Yupanqui
Origen
Inicialmente, Pachacútec escogió como sucesor a Amaru Inca Yupanqui, pero este era muy pacífico y bondadoso ―lo llamaban «el Bueno». Se cuenta que cuando lo mandaron (prácticamente obligaron) a combatir contra los guaraníes fue derrotado.
Tales actitudes hicieron cambiar de opinión a Pachacútec, que nombró como su sucesor a su otro hijo, Túpac Yupanqui. Cuando Pachacútec estaba ya muy anciano le dejó asumir casi todo el poder (cogobierno). Otros autores afirman que Túpac Yupanqui fue desde un inicio designado inca y que su hermano, al ser informado de que debía servirle, lo aceptó de buen grado.
Conquistas
Por el este, se dirigió al Chinchaysuyo para anexar más territorios. Por el norte conquistó a los chachapoyas, huambos y guayacondos. Se enfrentó al Imperio chimú, dirigiendo su atención a su amurallada ciudad capital: Chan Chan. Ante esto, Túpac Yupanqui elaboró una certera estrategia: desviar el río Moche, principal proveedor de agua para Chan Chan. Como la ciudad se encuentra en medio del desierto, no tardó muchos días en anunciar la rendición.
Después de esta primera expedición volvió al Cusco con un cargado botín y muchos orfebres y artesanos que fueron de gran utilidad en la enseñanza de estas artes en la capital. Descansó ahí dos años, y enseguida salió nuevamente por el norte anexando más etnias y derrotando otras que por su «salvajismo» no las anexaría por no ser de interés. En las cercanías de Quito edificó la fortaleza de Quinche, donde posteriormente algunos creen que habría nacido su hijo Huayna Cápac, aunque es más probable que haya nacido en Tumipamba. Al volver a Cusco luego de 4 años, se le tentó comandar otra campaña de conquista en el Norte, en el golfo de Guayaquil, donde derrotó a los Puná y a los Paches.
Por el sur, su mirada se dirigió al valle de Cañete y al señorío del Huarco. Aliado con los chinchas, creyó que su victoria sería segura pero los hechos le demostrarían lo contrario. Su campaña por esas tierras, la más ardua que habría de luchar en su vida y que le sirvió mucho en su desarrollo como guerrero, le tomó cerca de cinco años. Por esto decidió apelar a otros recursos para conseguir la derrota definitiva de tan recia gente. En efecto, mandó emisarios para señalarles a los líderes de la región (encabezados por una fiera mujer guerrera) que ambas naciones alcanzarían una alianza con el fin de mutuo beneficio entre ambos, siendo que los del Huarco aportarían constantemente alimentos y productos al Imperio mientras que los incas respetarían su autonomía. Ante esto, grandes celebraciones se darían inicio y en plena fiesta los soldados del joven Túpac Yupanqui irrumpirían contra las principales posiciones defensivas para tomarlas. Esto lo conseguirían en todos los reductos, salvo en la fortaleza de Ungará.
Aquí la lucha se hizo más dura y costó muchas vidas el tomarla. Finalmente, viéndose rodeados y deseosos de salvar sus cuerpos de la furia del príncipe imperial, los sobrevivientes se lanzaron desde lo alto de la fortaleza en un salto que años más tarde emularía el famoso Cahuide ante los españoles. A su llegada al lugar, Túpac Yupanqui, congestionado por la ira, ordenó que todos los prisioneros fueran ajusticiados y colgados de esos muros como escarmiento a todos los pueblos que siguieran su ejemplo.
Gobierno
En 1471, con la muerte de Pachacútec, Túpac Yupanqui se hace del trono a sus 30 años aproximadamente. En afanes de continuar la expansión del imperio dirigió una campaña en el Antisuyo (región selvática). Con un ejército dividido en 3 (uno de ellos comandado por su hermano Amaro Yupanqui), anexaron a las tribus: Opotari, Manú y Yanasimi.
Conquistas al sur del imperio
Durante su reinado, se realizó una expedición que inició recorriendo la meseta del Collao.
La crónica "Suma y Narración de los Incas”, de Juan de Betanzos (a. 1551), es una de las crónicas más autorizadas que se escribieron sobre el Imperio Incaico debido a que fue confeccionada sobre la base de los datos proporcionados por la gente allegada a la corte de Angelina, antigua esposa del Inca Atahuallpa que casó luego con Betanzos. Efectivamente, en la Introducción del libro de Juan de Betanzos publicado por María del Carmen Rubio (2004) se indica que Betanzos (pag. 16): “…interrogaba a sabios, guerreros y personajes de avanzada edad que todavía conservaban en la memoria los hechos sucedidos en las campañas expansivas o represivas de Tupac Inca Yupanqui o de Huayna Capac, y a otros muchos más…”: “…de esta forma, el cronista obtuvo las noticias necesarias que le permitieron escribir y describir, casi según oía, los hechos sucedidos durante los años esplendorosos del gobierno incaico …”.
En los capítulos XXXIII al XXXV, Betanzos describe el alzamiento de los “Collas” a quienes Tupac Yupanqui enfrentó y persiguió hasta llegar, primero a Arapa (cerca de Puno), luego a Chuquiabo (actual ciudad de La Paz) y posteriormente a Urocoto (probablemente Oronkota, al noreste del actual departamento de Potosi, en Bolivia) hasta llegar, subsiguientemente, a lo que llamó:
“la provincia de los Mayos Mayos, en un fuerte que en ella hay junto a un pueblo llamado Tongoche” (Ibid, pag. 196).
Aunque no proporciona datos acerca de la ubicación exacta de esta “provincia de los mayos mayos” puede deducirse cuál era su situación geográfica real puesto que se encontraba a: “…doscientas leguas de la ciudad del Cuzco…” y, desde allí, hizo incursiones a: “los Chiriguanaes” y a “los Juríes”. Desde luego, el único punto geográfico a partir del cual se pueden alcanzar ambos emplazamientos no es otro que el que conocemos como Tarija, al sur de la actual República de Bolivia. La suposición de María del Carmen Rubio que esta región de los Mayos Mayos hubiera estado ubicada en la región chilena de Malloa, actualmente conocida por O’Higgins o relacionada, de alguna forma, con una etnia llamada Malla que existía en Colombia, muy cerca del Ecuador, no tiene fundamento real ni asidero posible en el contexto del documento que se analiza.
Tupac Yupanqui (siempre según Betanzos), habría llegado posteriormente hasta: “…un río grande, que dicen ser el de La Plata…” y luego: “…fuese por la vera de él hasta que llegó a sus nacimientos, que dicen ser a las espaldas de Chile…//…pasó los puertos y cordilleras de nieve y montañas altas, sujetando y conquistando todo…”. De retorno de Chile, Tupac Yupanqui y sus ejércitos vuelven a entrar en territorio del Collasuyo pasando por Carangas, Aullagas, Chichas y Llipi (Lípez) hasta llegar a Chuquisaca, los Charcas, Pocona y Sabaypata, lugares en los cuales construye fortalezas y deja guarniciones de mitimaes. Siete años después de su partida, probablemente en 1478, retorna al Cuzco (“…y estuvo Topa Ynga Yupangue, desde que salió del cuzco para pacificar esta provincia de Collasuyo hasta que volvió a la ciudad del Cuzco, siete años…”. Betanzos, op. Cit., pag. 204). Esta “hoja de ruta” que, según Betanzos, siguió Tupac Yupanqui, es coincidente con la que señala el Capac Ayllu, un documento confeccionado en 1569 por quienes se consideraban a sí mismos: “… nietos de los Incas conquistadores…”, es decir, nietos de los Incas Tupac Yupanqui y Wayna Capac (Rowe, J.H. Probanza de los Incas nietos de conquistadores”. HISTORICA. Vol. IX, No. 2, [1569] 1985: 193-245). Este documento, confeccionado igualmente sobre la base de los datos proporcionados por los quipucamayos Incas todavía existentes, hace mayores especificaciones respecto a la zona que nos ocupa englobando regiones, etnias y datos de interés histórico importantísimos respecto no solamente de la actual zona de Tarija sino también de la de los chichas, chiriguanaes, el Tucumán y los juríes, haciendo ver que el conocimiento que los Incas tenían de toda esa zona era desde luego muy amplio. Efectivamente, indica: “…entro en la provincia de los chichas y moyomoyos y amparais y aquitas copayapo churomatas y caracos y llego hasta los chiriguanos [y] hasta tucuman y alli hizo una fortaleza y pusso muchos yndios mitimaes…”
Contiene, evidentemente, muchos de los datos del documento anterior pero ampliados, de tal forma que ambos documentos se complementan, uno a otro. En ambos es la misma “hoja de ruta” que los Incas conquistadores siguen, desde “los collas”, en el Altiplano, hasta “los juríes”, en el Tucumán, pasando por los Chichas y varias otras zonas a las que caracteriza por el nombre de los pueblos que las habitaban.
Nombra no solamente a los “moyos moyos” -que son probablemente los mismos Mayos Mayos a los que se refiere Betanzos- sino que añade a varios otros grupos que Betanzos no contempla; entre ellos a: “chichas”, “amparais”, “aquitas”, “copayapos”, “churomatas” y “caracos”.
El paso que Tupac Yupanqui utilizó para llegar a los “chiriguanaes” fue seguramente el la llamada “Puerta del Chaco”, por la actual localidad de Santa Ana y el que usó para llegar a Humahuaca y el Tucumán tuvo que haber sido el corredor que atraviesa los valles de Tojo y Livi Livi, única vía expedita y con caminos para llegar a esas zonas.
En Chile desplazo a los diaguitas de los valles transversales y parte de los picunches (grupo mapuche septentrional) que habitaban el valle de Chile (el actual valle del Aconcagua o el valle del Mapocho) y algunas comarcas ubicadas al sur de él, produciendo que estos se desplazaran hacia tierra de mapuches, y allí se unieran los diaguitas y picunches con los mapuches, fijándose así los límites del Imperio Inca, en una zona que convencionalmente los historiadores y la arqueología extienden hasta el río Maule. Tomó el camino de regreso por la costa pasando por Pica, Huantajaya, Ariacca, Tácana y en Sama tomó rumbo hacia el Cusco.
El cronista Pedro Cieza de León expresa:
Caminó por toda la provincia del Collao hasta salir de ella, envió sus mensajeros a todas la naciones de las Charcas y Carangas y más gentes que hay en aquellas tierras. De ella, unos le venían a servir y otros a darles guerra... Yendo victorioso adelante de los charcas, atravesó muchas tierras o provincias y grandes despoblados de nieve hasta que llegó a lo que llamamos Chile y señoreó y conquistó todas aquellas tierras, en los cuales dicen llegaron hasta el río Maule. En lo de Chile, hizo algunos edificios y tributáronle de aquellas comarcas mucho oro en tejuelos. Dejó gobernadores y mitimaes y, puesto en orden lo que había ganado, volvió al Cusco
Muerte
En Chincheros, Chuqui Ocllo, una de las esposas de Túpac Yupanqui lo convenció de que su hijo Cápac Huari lo sucediera, sin embargo Túpac Yupanqui cambió de opinión decidiéndose por Titu Cusi Yupanqui (Huayna Cápac). Esto provocó la ira en Chuqui Ocllo quien envenenó a Túpac Yupanqui aproximadamente en 1493.
Posteriormente en 1532, cuando el ejército de Atahualpa tomó la ciudad de Cusco, las etnias que conformaban su ejército aún guardaban un resentimiento inmenso a Túpac Yupanqui por haberlos conquistado. Estas etnias quemaron su momia en Cusco bajo el mando de Quisquis.
Teorías sobre Túpac Yupanqui
Encuentro inca-mapuche
El Inca Garcilaso de la Vega en su libro Comentarios Reales de los Incas y el español Alonso de Ercilla en el poema épico La Araucana relatan la expedición Inca con una sospechosa gran cantidad de detalles, dado que el primero la escucho de niño y el segundo prácticamente la inventó. Este evento es conocido como Batalla del Maule. En esta campaña al sur se libró una guerra entre 20.000 hombres de Yupanqui y 20.000 guerreros de las tribus mapuches, al sur del Maule. El subgrupo picunche conocido como promaucaes por los españoles, enterados de la venida de los Incas se aliaron con los subgrupos Antalli, Pincu y Cauqui. Los incas enviaron parlamentarios para que reconozcan al Túpac Yupanqui como soberano.
Los purumaucas decidieron dar batalla y se enfrentaron por tres días con los incas. Durante el enfrentamiento hubo muchos muertos en ambos bandos y ningún ejército vencedor. Al cuarto día decidieron no enfrentarse. Los purumaucas se retiraron del campo de batalla cantando victoria, en tanto los incas intentaron asegurar el control de pequeñas zonas conquistadas al norte del Maule. Los escasos restos encontrados dan cuenta de que nunca pudieron lograr su objetivo de asentarse y durante los meses siguientes su subsistencia se centró en la recolección de frutos y el saqueo de pequeños poblados.
...duró la batalla todo el día sin reconocerse ventaja, en que hubo muchos muertos y heridos...El cuarto día...no salieron de sus alojamientos...los Purumaucas...se volvieron a sus tierras, cantando victoria...los Incas...resolvieron en volverse a lo que tenían ganado y señalar el río Maulli por término de su Imperio y no pasar adelante en su conquista hasta tener nueva orden de su Rey Inca Yupanqui...El Inca les envió a mandar que no conquistasen más nuevas tierras, sino que atendiesen con mucho cuidado en cultivar y beneficiar las que habían ganado...
El potente rey inca aventajado, en todas las antárticas regiones, fue un señor en extremo aficionado, a ver y conquistar nuevas naciones... Los promaucaes de Maule, que supieron, el vano intento de los incas vanos, al paso y duro encuentro les salieron, no menos en buen orden que lozanos; y las cosas de suerte sucedieron, que llegando estas gentes a las manos, murieron infinitos orejones, perdiendo el campo y todos los pendones. [...] Los incas, que la fuerza conocían, que en la provincia indómita se encierra, y cuán poco a los brazos ganarían, llevada al cabo la empezada guerra; visto el errado intento que traían, desamparando la ganada tierra, volvieron a los pueblos que dejaron, donde por algún tiempo reposaron.
La denominación inka, significa ‘ladrón’ en idioma mapudungún, lo que sugiere que nunca fueron bien recibidos por los locales, quienes en cantos ancestrales denuncian a los incas robando alimentos y realizando sacrificios humanos, de lo cual derivaría el nombre Huelén (‘dolor’), denominación mapuche original del cerro Santa Lucía, en el centro de la actual ciudad de Santiago.
Según se especula, según los restos arqueológicos encontrados especialmente en la última porción del camino del inca que alcanza a avanzar aproximadamente un kilómetro de norte a sur en el centro de la capital de Chile, nuevos contingentes incas se sumaron a la lucha durante la década siguiente, produciéndose enfrentamientos decisivos entre los pueblos mapuches y los ejercitos incas, principalmente bajo la estrategia de guerrillas que más tarde aplicarian con los propios conquistadores españoles, que se presume la ganaron los incas por la mayor cantidad de fuentes y cronistas que lo apoyan y los descubrimientos de yacimientos arqueológicos bajo la ciudad de Santiago de Chile, que se presumia de fundación española.
Según muchas teorias de historiadores actuales chilenos a la llegada de los españoles los mapuches habían hecho retroceder a los incas hasta el río Mapocho "mapuche" denominación que nunca correspondió al río, sino que a la línea divisoria entre ambos grupos, la cual se había desplazado en ese lapso de tiempo desde doscientos kilómetros al sur. Cabe destacar que al norte de esta línea permanecía un asentamiento perteneciente a Vitacura, uno de los principales lugartenientes de Tupac Yupanqui y que hasta el día de hoy designa a una de las principales comunas de Santiago, capital de Chile. Las mismas fuentes afirman que ya muy despotenciados por la prolongada ocupación, los incas buscaron en los intereses coloniales españoles y la ocupación pretendida por Diego de Almagro, la oportunidad de ajustar cuentas con su antiguo enemigo, pero ello derivó desafortundamente para sus pretensiones en un nuevo retroceso, esta vez doscientos kilómetros al norte al valle del Choapa.
Teoría del descubrimiento de la Polinesia
A partir de las crónicas realizadas por cronistas españoles Pedro Sarmiento de Gamboa, Martín de Murúa y Miguel Cabello Valboa durante la conquista; recogieron una serie de relatos sobre que, estando en la costa norte (en las islas Puná), habría tenido conocimiento de unas islas lejanas en las cuales encontraría oro, decidiendo ir en busca de ellas. Alistado una gran flota de balsas, habría zarpado con 20 000 expedicionarios, llegando a unas islas llamadas Ninachumbi y Auachumbi; algunos historiadores postularían como hipótesis de que estas islas serían verdaderas y estarían ubicadas en la Polinesia.
Esta crónica dio pie, al historiador José Antonio del Busto, para la formulación de una teoría sobre que esas dos islas serían Mangareva y Rapa Nui, basándose en treinta pruebas que considera haber descubierto, entre ellas el hecho que en Mangareva existe una leyenda sobre un rey tupa, que vino del este en balsas con velas, trayendo orfebrería, cerámica y textilería y del que hasta hoy existe una danza. Un relato similar existiría en las islas Marquesas. Además, agrega que el Ahu Vinapu, en Rapa Nui, está construido en forma similar a las construcciones incaicas del Cusco, y que el rey tupa en Rapa Nui habría tomado el nombre de Mahuna-te Ra'á, traducido como ‘hijo del Sol’ basándose en una leyenda rapa nui. Retornó a los dos años trayendo consigo gente negra (que serían prisioneros polinesios hallados en Mangareva), sillas de latón (que sería en realidad un trono de un material parecido a la tumbaga, recogido del reino de Chimú al terminar el viaje), pellejos y quijadas de caballos (que más podían haber sido de lobos marinos machos) que fueron conservadas en la fortaleza de Sacsayhuamán. Esta hipótesis es apoyada por la travesía que hizo el explorador noruego Thor Heyerdahl, denominada Kon-tiki en honor al dios de los incas, Wiracocha, el creador del universo, pues Kon-tiki es una advocación del mismo.
Y andando Topa Inga Yupanqui conquistando la costa de Manta y la isla de la Puná y Túmbez, aportaron allí unos mercaderes que habían venido por la mar de hacia el poniente en balsas, navegando a la vela. De los cuales se informó de la tierra de donde venían, que eran unas islas, llamadas una Auachumbi y otra Niñachumbi, adonde había mucha gente y oro. Y como Topa Inga era de ánimos y pensamientos altos y no se contentaba con lo que en tierra había conquistado, determinó tentar la feliz ventura que le ayudaba por la mar. Después de atisbar de cómo Túpac Yupanqui se entero de la existencia de unas islas auachumbi y ninachumbi, esto avisado y confirmado por un mercader llamado Autarqui. Se determinó ir allá. Y para esto hizo una numerosísima cantidad de balsas, en que embarcó más de veinte mil soldados escogidos. Navegó Topa Inga y fue y descubrió las islas Auachumbi y Niñachumbi, y volvió de allá, de donde trajo gente negra y mucho oro y una silla de latón y un pellejo y quijadas de caballo. Hago instancia en esto, porque a los que supieren algo de Indias les parecerá una caso extraño y dificultoso de creer.
Resumiendo el alcance de su teoría sobre el viaje de Túpac Yupanqui a Polinesia, Antonio Del Busto reconoce que aún falta la comprobación de sus postulados, que dice sustentar en "posibilidades" o "probabilidades":
Esto es algo que comenzó como una gran curiosidad de mi parte, eso sí no lo puedo negar. Lo convertí en una hipótesis de trabajo y hoy día es una teoría. Falta indudablemente la demostración. Encontrar cosas que evidencien la presencia de Túpac Yupanqui en 1465 por allá.
Datos aportados por crónicas españolas, tales como el Informe de Miguel de Olavarría[cita requerida] o el del padre Joan Anello Oliva[cita requerida] en su Historia del Perú (publicada en una traducción al francés) indican que la expansión habría llegado más al sur, o que posteriormente se habría producido una hipotética última expansión o invasión más al sur hasta el río Biobío. Miguel de Olaverría expresa que "conquistaron y subjetaron a todos los indios que avia desde la Serena asta el gran río de Biobio como oy se ve e aver llegado hasta el dicho rio por los fuertes que hicieron en el cerro del Río Claro, donde pusieron y tuvieron frontera a los indios del estado con quienes tuvieron muchas batallas" y el padre Anello Oliva expresa que: Sometió hasta el valle de Arauco, donde pasó el invierno, después de haber construido algunos fuertes. Sometió a continuación las provincias de Chillhue y de Chillcaras.
El historiador José Antonio del Busto en su libro Túpac Yupanqui recogería[cita requerida] el supuesto testimonio del cronista Cristóbal de Molina, en el cual se contaría que Túpac Yupanqui cruzó más allá del Maule y el Biobío, alcanzando hasta el Canal de Chacao, observando desde la orilla la Isla de Chiloé, el "fin del mundo" y, sin interés por conquistar esas tierras "pobres y frías",[cita requerida] regresó al gobierno del Tahuantinsuyo, tras su larga ausencia.
"y esde saber que cuando los espanoles entraron en el Cuco había indios que se acordabande un senor Inga que se llamaba Tupa-Inga Yupangue, el cual fue padre de Guaynacaba,padre de Tabalipa y de Guascar y de Mango Inga, y dexo otros muchos, pero questostres fueron los mas principales, y los que los espanoles alcanzaron a los principios de lasierra haber. Este Tupa Inga Yupargue conquisto por su persona, según dicen los indios,la mayor parte de estos reinos, y fue muy valeroso e hizo y acrecento los caminos realesde la sierra y llanos quinientas leguas de aquella parte del Cuzco; este conquisto el Collao, que se rebelo muchas veces, y desde el Cuzco hasta las provincias de Chile, queson quinientas leguas, y toda su habitación fue desde el Cuzco hacia el estrecho de Magallanes, y trabajo mucho y al cabo vino a morir en el Cuzco, y sucediole su hijo Guainacaba, que en lengua de Cuzco quiere decir <<mancebo rico>>".
Túpac Yupanqui, o Túpac Inca Yupanqui (Cusco, 1441-Chinchero, 1493), fue el décimo Inca o soberano del Imperio incaico, sucesor de Pachacútec. Asumió el correinado probablemente entre los 15 y 30 años de edad (entre 1456 y 1461). Luego, tras la muerte de su padre, se hizo absoluto cargo del poder.
Durante su época como hatun auqui y luego como inca ("Rey") empleó la mayor parte de su tiempo en campañas bélicas de conquista o «pacificación», e, incluso, de exploración. Estas últimas lo habrían llevado a Quito por el norte, el Río Maule por el sur, el país de los opataris y el Paititi por el este y Mangareva por el oeste. Sin embargo, también tuvo activa participación en el gobierno. Así, estableció a los curacas, realizó el primer censo general, distribuyó el trabajo, asignó impuestos, cimentó los mitimaes, continuó la construcción de los grandes caminos, ordenó las cárceles, propagó el culto al Sol e implantó un calendario basado en sí mismo, embelleció con palacios la ciudad de Tumipamba en honor de su recién nacido Huayna Capac y fundó la ciudad de Quito. Se hacía llamar «El Resplandeciente».
Tomó como esposa principal a su hermana Mama Ocllo (homónima de la esposa del primer Inca), en la cual tuvo pocos hijos. Sin embargo, dejó fuerte descendencia entre concubinas y esposas secundarias.
Murió en Chincheros, tal vez envenenado por su esposa Chuqui Ocllo para favorecer a su hijo. Sin embargo, tras haberlo escogido como sucesor, se rectificó a último momento y designó como inca (emperador) al muy joven Huayna Cápac. Su momia perduró hasta la invasión quiteña, donde los generales quiteños Quizquiz y Calcuchimac la quemaron en venganza por haber conquistado Quito. La Capac Panaca, que conforma su descendencia, recogió las cenizas y las habría escondido por Calispuquio junto a su deidad tutelar.
Biografía Ampliada | Túpac Yupanqui
Origen
Inicialmente, Pachacútec escogió como sucesor a Amaru Inca Yupanqui, pero este era muy pacífico y bondadoso ―lo llamaban «el Bueno». Se cuenta que cuando lo mandaron (prácticamente obligaron) a combatir contra los guaraníes fue derrotado.
Tales actitudes hicieron cambiar de opinión a Pachacútec, que nombró como su sucesor a su otro hijo, Túpac Yupanqui. Cuando Pachacútec estaba ya muy anciano le dejó asumir casi todo el poder (cogobierno). Otros autores afirman que Túpac Yupanqui fue desde un inicio designado inca y que su hermano, al ser informado de que debía servirle, lo aceptó de buen grado.
Conquistas
Por el este, se dirigió al Chinchaysuyo para anexar más territorios. Por el norte conquistó a los chachapoyas, huambos y guayacondos. Se enfrentó al Imperio chimú, dirigiendo su atención a su amurallada ciudad capital: Chan Chan. Ante esto, Túpac Yupanqui elaboró una certera estrategia: desviar el río Moche, principal proveedor de agua para Chan Chan. Como la ciudad se encuentra en medio del desierto, no tardó muchos días en anunciar la rendición.
Después de esta primera expedición volvió al Cusco con un cargado botín y muchos orfebres y artesanos que fueron de gran utilidad en la enseñanza de estas artes en la capital. Descansó ahí dos años, y enseguida salió nuevamente por el norte anexando más etnias y derrotando otras que por su «salvajismo» no las anexaría por no ser de interés. En las cercanías de Quito edificó la fortaleza de Quinche, donde posteriormente algunos creen que habría nacido su hijo Huayna Cápac, aunque es más probable que haya nacido en Tumipamba. Al volver a Cusco luego de 4 años, se le tentó comandar otra campaña de conquista en el Norte, en el golfo de Guayaquil, donde derrotó a los Puná y a los Paches.
Por el sur, su mirada se dirigió al valle de Cañete y al señorío del Huarco. Aliado con los chinchas, creyó que su victoria sería segura pero los hechos le demostrarían lo contrario. Su campaña por esas tierras, la más ardua que habría de luchar en su vida y que le sirvió mucho en su desarrollo como guerrero, le tomó cerca de cinco años. Por esto decidió apelar a otros recursos para conseguir la derrota definitiva de tan recia gente. En efecto, mandó emisarios para señalarles a los líderes de la región (encabezados por una fiera mujer guerrera) que ambas naciones alcanzarían una alianza con el fin de mutuo beneficio entre ambos, siendo que los del Huarco aportarían constantemente alimentos y productos al Imperio mientras que los incas respetarían su autonomía. Ante esto, grandes celebraciones se darían inicio y en plena fiesta los soldados del joven Túpac Yupanqui irrumpirían contra las principales posiciones defensivas para tomarlas. Esto lo conseguirían en todos los reductos, salvo en la fortaleza de Ungará.
Aquí la lucha se hizo más dura y costó muchas vidas el tomarla. Finalmente, viéndose rodeados y deseosos de salvar sus cuerpos de la furia del príncipe imperial, los sobrevivientes se lanzaron desde lo alto de la fortaleza en un salto que años más tarde emularía el famoso Cahuide ante los españoles. A su llegada al lugar, Túpac Yupanqui, congestionado por la ira, ordenó que todos los prisioneros fueran ajusticiados y colgados de esos muros como escarmiento a todos los pueblos que siguieran su ejemplo.
Gobierno
En 1471, con la muerte de Pachacútec, Túpac Yupanqui se hace del trono a sus 30 años aproximadamente. En afanes de continuar la expansión del imperio dirigió una campaña en el Antisuyo (región selvática). Con un ejército dividido en 3 (uno de ellos comandado por su hermano Amaro Yupanqui), anexaron a las tribus: Opotari, Manú y Yanasimi.
Conquistas al sur del imperio
Durante su reinado, se realizó una expedición que inició recorriendo la meseta del Collao.
La crónica "Suma y Narración de los Incas”, de Juan de Betanzos (a. 1551), es una de las crónicas más autorizadas que se escribieron sobre el Imperio Incaico debido a que fue confeccionada sobre la base de los datos proporcionados por la gente allegada a la corte de Angelina, antigua esposa del Inca Atahuallpa que casó luego con Betanzos. Efectivamente, en la Introducción del libro de Juan de Betanzos publicado por María del Carmen Rubio (2004) se indica que Betanzos (pag. 16): “…interrogaba a sabios, guerreros y personajes de avanzada edad que todavía conservaban en la memoria los hechos sucedidos en las campañas expansivas o represivas de Tupac Inca Yupanqui o de Huayna Capac, y a otros muchos más…”: “…de esta forma, el cronista obtuvo las noticias necesarias que le permitieron escribir y describir, casi según oía, los hechos sucedidos durante los años esplendorosos del gobierno incaico …”.
En los capítulos XXXIII al XXXV, Betanzos describe el alzamiento de los “Collas” a quienes Tupac Yupanqui enfrentó y persiguió hasta llegar, primero a Arapa (cerca de Puno), luego a Chuquiabo (actual ciudad de La Paz) y posteriormente a Urocoto (probablemente Oronkota, al noreste del actual departamento de Potosi, en Bolivia) hasta llegar, subsiguientemente, a lo que llamó:
“la provincia de los Mayos Mayos, en un fuerte que en ella hay junto a un pueblo llamado Tongoche” (Ibid, pag. 196).
Aunque no proporciona datos acerca de la ubicación exacta de esta “provincia de los mayos mayos” puede deducirse cuál era su situación geográfica real puesto que se encontraba a: “…doscientas leguas de la ciudad del Cuzco…” y, desde allí, hizo incursiones a: “los Chiriguanaes” y a “los Juríes”. Desde luego, el único punto geográfico a partir del cual se pueden alcanzar ambos emplazamientos no es otro que el que conocemos como Tarija, al sur de la actual República de Bolivia. La suposición de María del Carmen Rubio que esta región de los Mayos Mayos hubiera estado ubicada en la región chilena de Malloa, actualmente conocida por O’Higgins o relacionada, de alguna forma, con una etnia llamada Malla que existía en Colombia, muy cerca del Ecuador, no tiene fundamento real ni asidero posible en el contexto del documento que se analiza.
Tupac Yupanqui (siempre según Betanzos), habría llegado posteriormente hasta: “…un río grande, que dicen ser el de La Plata…” y luego: “…fuese por la vera de él hasta que llegó a sus nacimientos, que dicen ser a las espaldas de Chile…//…pasó los puertos y cordilleras de nieve y montañas altas, sujetando y conquistando todo…”. De retorno de Chile, Tupac Yupanqui y sus ejércitos vuelven a entrar en territorio del Collasuyo pasando por Carangas, Aullagas, Chichas y Llipi (Lípez) hasta llegar a Chuquisaca, los Charcas, Pocona y Sabaypata, lugares en los cuales construye fortalezas y deja guarniciones de mitimaes. Siete años después de su partida, probablemente en 1478, retorna al Cuzco (“…y estuvo Topa Ynga Yupangue, desde que salió del cuzco para pacificar esta provincia de Collasuyo hasta que volvió a la ciudad del Cuzco, siete años…”. Betanzos, op. Cit., pag. 204). Esta “hoja de ruta” que, según Betanzos, siguió Tupac Yupanqui, es coincidente con la que señala el Capac Ayllu, un documento confeccionado en 1569 por quienes se consideraban a sí mismos: “… nietos de los Incas conquistadores…”, es decir, nietos de los Incas Tupac Yupanqui y Wayna Capac (Rowe, J.H. Probanza de los Incas nietos de conquistadores”. HISTORICA. Vol. IX, No. 2, [1569] 1985: 193-245). Este documento, confeccionado igualmente sobre la base de los datos proporcionados por los quipucamayos Incas todavía existentes, hace mayores especificaciones respecto a la zona que nos ocupa englobando regiones, etnias y datos de interés histórico importantísimos respecto no solamente de la actual zona de Tarija sino también de la de los chichas, chiriguanaes, el Tucumán y los juríes, haciendo ver que el conocimiento que los Incas tenían de toda esa zona era desde luego muy amplio. Efectivamente, indica: “…entro en la provincia de los chichas y moyomoyos y amparais y aquitas copayapo churomatas y caracos y llego hasta los chiriguanos [y] hasta tucuman y alli hizo una fortaleza y pusso muchos yndios mitimaes…”
Contiene, evidentemente, muchos de los datos del documento anterior pero ampliados, de tal forma que ambos documentos se complementan, uno a otro. En ambos es la misma “hoja de ruta” que los Incas conquistadores siguen, desde “los collas”, en el Altiplano, hasta “los juríes”, en el Tucumán, pasando por los Chichas y varias otras zonas a las que caracteriza por el nombre de los pueblos que las habitaban.
Nombra no solamente a los “moyos moyos” -que son probablemente los mismos Mayos Mayos a los que se refiere Betanzos- sino que añade a varios otros grupos que Betanzos no contempla; entre ellos a: “chichas”, “amparais”, “aquitas”, “copayapos”, “churomatas” y “caracos”.
El paso que Tupac Yupanqui utilizó para llegar a los “chiriguanaes” fue seguramente el la llamada “Puerta del Chaco”, por la actual localidad de Santa Ana y el que usó para llegar a Humahuaca y el Tucumán tuvo que haber sido el corredor que atraviesa los valles de Tojo y Livi Livi, única vía expedita y con caminos para llegar a esas zonas.
En Chile desplazo a los diaguitas de los valles transversales y parte de los picunches (grupo mapuche septentrional) que habitaban el valle de Chile (el actual valle del Aconcagua o el valle del Mapocho) y algunas comarcas ubicadas al sur de él, produciendo que estos se desplazaran hacia tierra de mapuches, y allí se unieran los diaguitas y picunches con los mapuches, fijándose así los límites del Imperio Inca, en una zona que convencionalmente los historiadores y la arqueología extienden hasta el río Maule. Tomó el camino de regreso por la costa pasando por Pica, Huantajaya, Ariacca, Tácana y en Sama tomó rumbo hacia el Cusco.
El cronista Pedro Cieza de León expresa:
Caminó por toda la provincia del Collao hasta salir de ella, envió sus mensajeros a todas la naciones de las Charcas y Carangas y más gentes que hay en aquellas tierras. De ella, unos le venían a servir y otros a darles guerra... Yendo victorioso adelante de los charcas, atravesó muchas tierras o provincias y grandes despoblados de nieve hasta que llegó a lo que llamamos Chile y señoreó y conquistó todas aquellas tierras, en los cuales dicen llegaron hasta el río Maule. En lo de Chile, hizo algunos edificios y tributáronle de aquellas comarcas mucho oro en tejuelos. Dejó gobernadores y mitimaes y, puesto en orden lo que había ganado, volvió al Cusco
Pedro Cieza de León
Muerte
En Chincheros, Chuqui Ocllo, una de las esposas de Túpac Yupanqui lo convenció de que su hijo Cápac Huari lo sucediera, sin embargo Túpac Yupanqui cambió de opinión decidiéndose por Titu Cusi Yupanqui (Huayna Cápac). Esto provocó la ira en Chuqui Ocllo quien envenenó a Túpac Yupanqui aproximadamente en 1493.
Posteriormente en 1532, cuando el ejército de Atahualpa tomó la ciudad de Cusco, las etnias que conformaban su ejército aún guardaban un resentimiento inmenso a Túpac Yupanqui por haberlos conquistado. Estas etnias quemaron su momia en Cusco bajo el mando de Quisquis.
Teorías sobre Túpac Yupanqui
Encuentro inca-mapuche
El Inca Garcilaso de la Vega en su libro Comentarios Reales de los Incas y el español Alonso de Ercilla en el poema épico La Araucana relatan la expedición Inca con una sospechosa gran cantidad de detalles, dado que el primero la escucho de niño y el segundo prácticamente la inventó. Este evento es conocido como Batalla del Maule. En esta campaña al sur se libró una guerra entre 20.000 hombres de Yupanqui y 20.000 guerreros de las tribus mapuches, al sur del Maule. El subgrupo picunche conocido como promaucaes por los españoles, enterados de la venida de los Incas se aliaron con los subgrupos Antalli, Pincu y Cauqui. Los incas enviaron parlamentarios para que reconozcan al Túpac Yupanqui como soberano.
Los purumaucas decidieron dar batalla y se enfrentaron por tres días con los incas. Durante el enfrentamiento hubo muchos muertos en ambos bandos y ningún ejército vencedor. Al cuarto día decidieron no enfrentarse. Los purumaucas se retiraron del campo de batalla cantando victoria, en tanto los incas intentaron asegurar el control de pequeñas zonas conquistadas al norte del Maule. Los escasos restos encontrados dan cuenta de que nunca pudieron lograr su objetivo de asentarse y durante los meses siguientes su subsistencia se centró en la recolección de frutos y el saqueo de pequeños poblados.
...duró la batalla todo el día sin reconocerse ventaja, en que hubo muchos muertos y heridos...El cuarto día...no salieron de sus alojamientos...los Purumaucas...se volvieron a sus tierras, cantando victoria...los Incas...resolvieron en volverse a lo que tenían ganado y señalar el río Maulli por término de su Imperio y no pasar adelante en su conquista hasta tener nueva orden de su Rey Inca Yupanqui...El Inca les envió a mandar que no conquistasen más nuevas tierras, sino que atendiesen con mucho cuidado en cultivar y beneficiar las que habían ganado...
Inca Garcilaso de la Vega, (Comentarios reales)
Alonso de Ercilla, La araucana
Según se especula, según los restos arqueológicos encontrados especialmente en la última porción del camino del inca que alcanza a avanzar aproximadamente un kilómetro de norte a sur en el centro de la capital de Chile, nuevos contingentes incas se sumaron a la lucha durante la década siguiente, produciéndose enfrentamientos decisivos entre los pueblos mapuches y los ejercitos incas, principalmente bajo la estrategia de guerrillas que más tarde aplicarian con los propios conquistadores españoles, que se presume la ganaron los incas por la mayor cantidad de fuentes y cronistas que lo apoyan y los descubrimientos de yacimientos arqueológicos bajo la ciudad de Santiago de Chile, que se presumia de fundación española.
Según muchas teorias de historiadores actuales chilenos a la llegada de los españoles los mapuches habían hecho retroceder a los incas hasta el río Mapocho "mapuche" denominación que nunca correspondió al río, sino que a la línea divisoria entre ambos grupos, la cual se había desplazado en ese lapso de tiempo desde doscientos kilómetros al sur. Cabe destacar que al norte de esta línea permanecía un asentamiento perteneciente a Vitacura, uno de los principales lugartenientes de Tupac Yupanqui y que hasta el día de hoy designa a una de las principales comunas de Santiago, capital de Chile. Las mismas fuentes afirman que ya muy despotenciados por la prolongada ocupación, los incas buscaron en los intereses coloniales españoles y la ocupación pretendida por Diego de Almagro, la oportunidad de ajustar cuentas con su antiguo enemigo, pero ello derivó desafortundamente para sus pretensiones en un nuevo retroceso, esta vez doscientos kilómetros al norte al valle del Choapa.
Teoría del descubrimiento de la Polinesia
A partir de las crónicas realizadas por cronistas españoles Pedro Sarmiento de Gamboa, Martín de Murúa y Miguel Cabello Valboa durante la conquista; recogieron una serie de relatos sobre que, estando en la costa norte (en las islas Puná), habría tenido conocimiento de unas islas lejanas en las cuales encontraría oro, decidiendo ir en busca de ellas. Alistado una gran flota de balsas, habría zarpado con 20 000 expedicionarios, llegando a unas islas llamadas Ninachumbi y Auachumbi; algunos historiadores postularían como hipótesis de que estas islas serían verdaderas y estarían ubicadas en la Polinesia.
Esta crónica dio pie, al historiador José Antonio del Busto, para la formulación de una teoría sobre que esas dos islas serían Mangareva y Rapa Nui, basándose en treinta pruebas que considera haber descubierto, entre ellas el hecho que en Mangareva existe una leyenda sobre un rey tupa, que vino del este en balsas con velas, trayendo orfebrería, cerámica y textilería y del que hasta hoy existe una danza. Un relato similar existiría en las islas Marquesas. Además, agrega que el Ahu Vinapu, en Rapa Nui, está construido en forma similar a las construcciones incaicas del Cusco, y que el rey tupa en Rapa Nui habría tomado el nombre de Mahuna-te Ra'á, traducido como ‘hijo del Sol’ basándose en una leyenda rapa nui. Retornó a los dos años trayendo consigo gente negra (que serían prisioneros polinesios hallados en Mangareva), sillas de latón (que sería en realidad un trono de un material parecido a la tumbaga, recogido del reino de Chimú al terminar el viaje), pellejos y quijadas de caballos (que más podían haber sido de lobos marinos machos) que fueron conservadas en la fortaleza de Sacsayhuamán. Esta hipótesis es apoyada por la travesía que hizo el explorador noruego Thor Heyerdahl, denominada Kon-tiki en honor al dios de los incas, Wiracocha, el creador del universo, pues Kon-tiki es una advocación del mismo.
Y andando Topa Inga Yupanqui conquistando la costa de Manta y la isla de la Puná y Túmbez, aportaron allí unos mercaderes que habían venido por la mar de hacia el poniente en balsas, navegando a la vela. De los cuales se informó de la tierra de donde venían, que eran unas islas, llamadas una Auachumbi y otra Niñachumbi, adonde había mucha gente y oro. Y como Topa Inga era de ánimos y pensamientos altos y no se contentaba con lo que en tierra había conquistado, determinó tentar la feliz ventura que le ayudaba por la mar. Después de atisbar de cómo Túpac Yupanqui se entero de la existencia de unas islas auachumbi y ninachumbi, esto avisado y confirmado por un mercader llamado Autarqui. Se determinó ir allá. Y para esto hizo una numerosísima cantidad de balsas, en que embarcó más de veinte mil soldados escogidos. Navegó Topa Inga y fue y descubrió las islas Auachumbi y Niñachumbi, y volvió de allá, de donde trajo gente negra y mucho oro y una silla de latón y un pellejo y quijadas de caballo. Hago instancia en esto, porque a los que supieren algo de Indias les parecerá una caso extraño y dificultoso de creer.
Pedro Sarmiento de Gamboa
Resumiendo el alcance de su teoría sobre el viaje de Túpac Yupanqui a Polinesia, Antonio Del Busto reconoce que aún falta la comprobación de sus postulados, que dice sustentar en "posibilidades" o "probabilidades":
Esto es algo que comenzó como una gran curiosidad de mi parte, eso sí no lo puedo negar. Lo convertí en una hipótesis de trabajo y hoy día es una teoría. Falta indudablemente la demostración. Encontrar cosas que evidencien la presencia de Túpac Yupanqui en 1465 por allá.
Antonio del Busto
Teoría de la expediciones al Chacao
El historiador José Antonio del Busto en su libro Túpac Yupanqui recogería[cita requerida] el supuesto testimonio del cronista Cristóbal de Molina, en el cual se contaría que Túpac Yupanqui cruzó más allá del Maule y el Biobío, alcanzando hasta el Canal de Chacao, observando desde la orilla la Isla de Chiloé, el "fin del mundo" y, sin interés por conquistar esas tierras "pobres y frías",[cita requerida] regresó al gobierno del Tahuantinsuyo, tras su larga ausencia.
"y esde saber que cuando los espanoles entraron en el Cuco había indios que se acordabande un senor Inga que se llamaba Tupa-Inga Yupangue, el cual fue padre de Guaynacaba,padre de Tabalipa y de Guascar y de Mango Inga, y dexo otros muchos, pero questostres fueron los mas principales, y los que los espanoles alcanzaron a los principios de lasierra haber. Este Tupa Inga Yupargue conquisto por su persona, según dicen los indios,la mayor parte de estos reinos, y fue muy valeroso e hizo y acrecento los caminos realesde la sierra y llanos quinientas leguas de aquella parte del Cuzco; este conquisto el Collao, que se rebelo muchas veces, y desde el Cuzco hasta las provincias de Chile, queson quinientas leguas, y toda su habitación fue desde el Cuzco hacia el estrecho de Magallanes, y trabajo mucho y al cabo vino a morir en el Cuzco, y sucediole su hijo Guainacaba, que en lengua de Cuzco quiere decir <<mancebo rico>>".
Cristóbal de Molina, el almagrista
Créditos/wikipedia.org
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