El Apocalipsis, cada vez más cerca
Fueron días de incertidumbre y para algunos, de un temor impredecible. Es que a fines de 2012, en distintos puntos del planeta, creció el número de suicidios. Esa tendencia no fue una simple casualidad sino una causalidad. El motivo era unánime: los creyentes tenían la información de que el mundo que conocemos terminaría el 21 de diciembre de ese año. Algunos predijeron un desastre natural como un tsunami de dimensiones extraordinarias, otros hablaron de un terremoto inusual y algunos mencionaron la posibilidad de una erupción volcánica infinita.
En otra vereda se situaban los que creían que ese día un misterioso planeta colisionaría con la Tierra, lo que provocaría cambios de polos magnéticos, inversiones gravitacionales o un agujero negro tan grande que nuestro sistema solar no lo toleraría. Y por si fuese poco, los antiguos mayas también habían anticipado el Apocalipsis y lo grabaron en su calendario de cuenta larga hace más de 2.200 años. Si bien nada ocurrió y el mundo siguió girando de la misma manera, la locura por el fin del mundo continúa. Como si se mantuviera latente.
Es que si bien los más escépticos aprovecharon la oportunidad para criticar duramente a los creyentes del fin de los tiempos, recientemente surgió un investigador serio que impuso una teoría que renueva el temor de los seres humanos. ¿Si los cálculos hechos por los expertos no hubieran sido los correctos? Se preguntó este escritor, que aseguró que el fin de los tiempos será el 21 de diciembre pero del 2019, exactamente siete años después de la predicción maya. Esta teoría tiene un argumento. David Montaigne, el escritor e investigador independiente nacido en Estados Unidos, y con varias obras ya publicadas, asegura que no se interpretó de la manera indicada el apocalipsis maya. Sostiene que el calendario maya anunció el comienzo de un período de tribulación de siete años, y este año marca la finalización de ese período. Pero va más allá en su predicción, al asegurar que, el 28 de diciembre, siete días después del 21 de diciembre, ocurrirá un cambio de polos en la Tierra, y que se desencadenarán desastres naturales en todo el planeta.
Además Montaigne cree que los próximos eventos en la Tierra cumplirán las profecías bíblicas mencionadas en el libro sagrado hace miles de años. Vale remarcar que esta no es la primera vez que Montaigne revela la nueva fecha del fin de los tiempos. En 2013 publicó un libro titulado “tiempos finales y 2019: el fin del calendario maya y la cuenta atrás para el día del juicio final”, donde explicaba que el final de la cuenta larga maya el 21 de diciembre de 2012 era realmente el comienzo oficial de los siete años de tribulación de la Biblia. Ambos se centraron en los mismos eventos astronómicos que ocurren desde 2012 hasta 2019. Por lo que el mundo tal como lo conocemos acabará en 2020. El escritor explica que los textos de la antigua India nos hablan de grandes ciclos de destrucción. Los egipcios contaron la misma historia pero con diferentes nombres. Los mayas revelaron otra versión de la historia, y fueron muy claros sobre el cronograma de los eventos desde diciembre de 2012 hasta 2019. Pero Montaigne también cree que la elite sabe lo que está a punto de suceder y llevan años preparándose en secreto y sin advertir a la población para evitar el caos.
Opiniones favorables
A partir del momento que trascendió la revelación de Montaigne, empezaron a aparecer diversas opiniones y explicaciones. Si bien algunos se atreven a desestimarla, el investigador tuvo como aliados a muchos colegas que se subieron a su teoría.
A la hora de darle sustento, añaden que una clara señal del inminente Apocalipsis es la llamada “Superliga de sangre de lobo”, que ocurrirá este 21 de enero (precisamente, mañana). Según los creyentes, todos estos eventos están cumpliendo las profecías bíblicas y pronto todos los seres humanos seremos testigos de la segunda venida de Cristo a la Tierra.
Otros, en contra
En la otra vereda, los desconfiados critican duramente esa postura asegurando que hace unos años predijo que el anticristo llegaría en 2016 o que Barack Obama era en realidad Lucifer y que sería el causante del fin de los tiempos.
Dejando de lado ese tire y afloje de conceptos, renace un interrogante: ¿Existe la posibilidad de que la elite difundiera el falso rumor de que el mundo se acabaría en 2012 con el único objetivo de que cuando llegar el verdadero Apocalipsis nadie le diera importancia? ¿Es este 21 de diciembre el día decretado para el final de los tiempos? ¿Las catástrofes naturales que ocurrieron últimamente están ligadas a la finalización de la humanilidad?
Créditos/cronica.com.ar
El investigador David Montaigne revisó algunos anuncios mayas y concluyó que el mundo tiene nueva fecha para su extinción.
Fueron días de incertidumbre y para algunos, de un temor impredecible. Es que a fines de 2012, en distintos puntos del planeta, creció el número de suicidios. Esa tendencia no fue una simple casualidad sino una causalidad. El motivo era unánime: los creyentes tenían la información de que el mundo que conocemos terminaría el 21 de diciembre de ese año. Algunos predijeron un desastre natural como un tsunami de dimensiones extraordinarias, otros hablaron de un terremoto inusual y algunos mencionaron la posibilidad de una erupción volcánica infinita.
En otra vereda se situaban los que creían que ese día un misterioso planeta colisionaría con la Tierra, lo que provocaría cambios de polos magnéticos, inversiones gravitacionales o un agujero negro tan grande que nuestro sistema solar no lo toleraría. Y por si fuese poco, los antiguos mayas también habían anticipado el Apocalipsis y lo grabaron en su calendario de cuenta larga hace más de 2.200 años. Si bien nada ocurrió y el mundo siguió girando de la misma manera, la locura por el fin del mundo continúa. Como si se mantuviera latente.
Es que si bien los más escépticos aprovecharon la oportunidad para criticar duramente a los creyentes del fin de los tiempos, recientemente surgió un investigador serio que impuso una teoría que renueva el temor de los seres humanos. ¿Si los cálculos hechos por los expertos no hubieran sido los correctos? Se preguntó este escritor, que aseguró que el fin de los tiempos será el 21 de diciembre pero del 2019, exactamente siete años después de la predicción maya. Esta teoría tiene un argumento. David Montaigne, el escritor e investigador independiente nacido en Estados Unidos, y con varias obras ya publicadas, asegura que no se interpretó de la manera indicada el apocalipsis maya. Sostiene que el calendario maya anunció el comienzo de un período de tribulación de siete años, y este año marca la finalización de ese período. Pero va más allá en su predicción, al asegurar que, el 28 de diciembre, siete días después del 21 de diciembre, ocurrirá un cambio de polos en la Tierra, y que se desencadenarán desastres naturales en todo el planeta.
Además Montaigne cree que los próximos eventos en la Tierra cumplirán las profecías bíblicas mencionadas en el libro sagrado hace miles de años. Vale remarcar que esta no es la primera vez que Montaigne revela la nueva fecha del fin de los tiempos. En 2013 publicó un libro titulado “tiempos finales y 2019: el fin del calendario maya y la cuenta atrás para el día del juicio final”, donde explicaba que el final de la cuenta larga maya el 21 de diciembre de 2012 era realmente el comienzo oficial de los siete años de tribulación de la Biblia. Ambos se centraron en los mismos eventos astronómicos que ocurren desde 2012 hasta 2019. Por lo que el mundo tal como lo conocemos acabará en 2020. El escritor explica que los textos de la antigua India nos hablan de grandes ciclos de destrucción. Los egipcios contaron la misma historia pero con diferentes nombres. Los mayas revelaron otra versión de la historia, y fueron muy claros sobre el cronograma de los eventos desde diciembre de 2012 hasta 2019. Pero Montaigne también cree que la elite sabe lo que está a punto de suceder y llevan años preparándose en secreto y sin advertir a la población para evitar el caos.
Opiniones favorables
A partir del momento que trascendió la revelación de Montaigne, empezaron a aparecer diversas opiniones y explicaciones. Si bien algunos se atreven a desestimarla, el investigador tuvo como aliados a muchos colegas que se subieron a su teoría.
A la hora de darle sustento, añaden que una clara señal del inminente Apocalipsis es la llamada “Superliga de sangre de lobo”, que ocurrirá este 21 de enero (precisamente, mañana). Según los creyentes, todos estos eventos están cumpliendo las profecías bíblicas y pronto todos los seres humanos seremos testigos de la segunda venida de Cristo a la Tierra.
Otros, en contra
En la otra vereda, los desconfiados critican duramente esa postura asegurando que hace unos años predijo que el anticristo llegaría en 2016 o que Barack Obama era en realidad Lucifer y que sería el causante del fin de los tiempos.
Dejando de lado ese tire y afloje de conceptos, renace un interrogante: ¿Existe la posibilidad de que la elite difundiera el falso rumor de que el mundo se acabaría en 2012 con el único objetivo de que cuando llegar el verdadero Apocalipsis nadie le diera importancia? ¿Es este 21 de diciembre el día decretado para el final de los tiempos? ¿Las catástrofes naturales que ocurrieron últimamente están ligadas a la finalización de la humanilidad?
Créditos/cronica.com.ar
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