La leyenda de El Loro Cutulu
Entre los años 1,920 y 1,930 existía en Cajamarca un pintoresco personaje al que apodaban "Loro Cutulo", era de aproximadamente 35 años y daba la impresión de ser un poco retrasado mental, aunque por la cosas que hizo pongo en duda esa limitación.
Dicen los que lo conocieron que cada vez que había Bando Municipal(...), el Loro Cutulo estaba allí presente marchando adelante de la banda y al compás de la música, haciendo muchas veces ademanes de que él tocaba los platillos o incluso que él dirigía la banda de músico; los niños de aquella época entusiasmados por los graciosos ademanes que el Loro Cutulo hacía, lo seguían contentos y alegres imitando también lo que éste hacía.
Luego, cuando daban lectura del edicto u ordenanza, éste parado junto al lector, movía chistosamente su cabeza, abriendo más los ojos, dibujando una amplia sonrisa en sus labios o hacía otros ademanes de acuerdo a las palabras u órdenes que daban en dicho bando; esto era causa de carcajadas de chicos y grandes.
Era todo un payaso. Algunas veces después que se había leído las ordenanzas, se atrevía a dar algún comentario favorable o desfavorable, según creía necesario.
Cuando cantaban el himno nacional, él también cantaba pero con la letra totalmente cambiada y generalmente le incluía palabras fuertes. En lugar de decir "somos libres" decía "nos fregamos" o "nos jodimos"; el hecho es que a los muchachos les parecía gracia y todos empezaban a reírse.
Por aquellos tiempos resultaron con la novedad que el mundo ya se terminaba, pues en la casa de la señora Rosa Cueva, en uno de los nidos de sus gallinas había un huevo que tenía un ojo y alrededor del ojo había unas letras pequeñitas que en latín decía "Esta semana se acaba el mundo".
Las dueñas de la casa y de las gallinas, tremendamente alarmadas y asustadas llevaron el huevo a la iglesia San Francisco para que alguno de los padrecitos descifre la escritura y constate aquel extraño fenómeno.
Evidentemente los frailes lo examinaron y verdaderamente era muy extraño, en medio del huevo había un pequeño ojo exactamente encajado y que realmente parecía formar parte inherente del huevo y alrededor es éste las letras en latín.
Los sacerdotes no sabían qué pensar, el huevo fue llevado a la tienda de don Lucas Aliaga, donde lo exhibían en una vitrina; la terrible noticia se difundió por todo el pueblo. Entonces empezaron las oraciones, rosarios, penitencias para ver si Diosito les perdonaba de todas sus fechorías.
Realmente el pueblo se encontraba asustado; pero paró la semana y el mundo no había terminado, las autoridades empezaron a hacer las investigaciones del caso y se encontraron con la sorpresa que don Loro Cutulo había ocasionado toda esa ola de histeria colectiva.
Interrogado del asunto, el Loro Cutulo dijo que simplemente lo había hecho para asustar a la vieja tacaña de doña Rosa, la dueña de las gallinas.
Pasó el tiempo y todos se olvidaron de aquellos terribles días de miedo que habían sufrido, hasta que una tarde de esas, uno o dos alumnos de cada escuela y colegio que existía en ese tiempo llegaron a decir a sus respectivos directores que un astrónomo les había encargado pasar la voz de alarma que a las tres de la tarde se iba a producir un terremoto en Cajamarca y que por el largo viaje, desde Lima a las justas había llegado a tiempo y aún así no se daba abasto para visitar todos los centros educativos y explicar sobre el movimiento telúrico que iba haber, por eso había enviado a diferentes personas y alumnos para que den la voz de alarma y todos desocupen los edificios y casas.
Así pues, todos los alumnos, amas de casa, empleados, obreros y cuanta gente había, dejó de hacer sus diarias tareas para ir a refugiarse al campo.
La plaza de armas estaba llena de gente, las calles, los corrales, todos esperando el momento del terrible terremoto. Llegó las tres de la tarde, las cuatro, las cinco, las seis y nada; la policía el alcalde y subprefecto movilizaron su gente para hacer las respectivas investigaciones y volvieron a darse con un duro golpe en la cabeza. El causante de tal tremenda conmoción social era don Loro Cutulo.
Tiempos después, cuando todos habían vuelto a la normalidad y se habían olvidado del terremoto, resultaron con la novedad que había aparecido una bruja que por las noches volaba sobre Cajamarca en su escoba y se llevaba a los niños, por eso, nadie debería salir a partir de las seis de la tarde.
Efectivamente en aquellas noches de luna se veía sobre la plaza de armas y cercanías la figura negra de un ser espantoso montado en una escoba y que flotaba en el aire, tal y como lo pintan en los cuentos de brujas; ¡que temor! Cajamarca volvió a sentir miedo.
¿Que había sucedido? - Resulta que el famoso Loro Cutulo había hecho una cometa muy grande con la silueta de la bruja y su escoba y se había ingeniado para llevar un cordel desde el río o quebrada que cruza el Jr. Dos de Mayo hasta Santa Apolonia y desde allí ayudado por amigos elevaban la gigantesca cometa.
Así don famoso Loro Cutulo mantuvo nuevamente en jaque a la población cajamarquina.
Créditos/mitosyleyendasdecajamarca.blogspot.pe
La leyenda de El Loro Cutulu |
Dicen los que lo conocieron que cada vez que había Bando Municipal(...), el Loro Cutulo estaba allí presente marchando adelante de la banda y al compás de la música, haciendo muchas veces ademanes de que él tocaba los platillos o incluso que él dirigía la banda de músico; los niños de aquella época entusiasmados por los graciosos ademanes que el Loro Cutulo hacía, lo seguían contentos y alegres imitando también lo que éste hacía.
Luego, cuando daban lectura del edicto u ordenanza, éste parado junto al lector, movía chistosamente su cabeza, abriendo más los ojos, dibujando una amplia sonrisa en sus labios o hacía otros ademanes de acuerdo a las palabras u órdenes que daban en dicho bando; esto era causa de carcajadas de chicos y grandes.
Era todo un payaso. Algunas veces después que se había leído las ordenanzas, se atrevía a dar algún comentario favorable o desfavorable, según creía necesario.
Cuando cantaban el himno nacional, él también cantaba pero con la letra totalmente cambiada y generalmente le incluía palabras fuertes. En lugar de decir "somos libres" decía "nos fregamos" o "nos jodimos"; el hecho es que a los muchachos les parecía gracia y todos empezaban a reírse.
Por aquellos tiempos resultaron con la novedad que el mundo ya se terminaba, pues en la casa de la señora Rosa Cueva, en uno de los nidos de sus gallinas había un huevo que tenía un ojo y alrededor del ojo había unas letras pequeñitas que en latín decía "Esta semana se acaba el mundo".
Las dueñas de la casa y de las gallinas, tremendamente alarmadas y asustadas llevaron el huevo a la iglesia San Francisco para que alguno de los padrecitos descifre la escritura y constate aquel extraño fenómeno.
Evidentemente los frailes lo examinaron y verdaderamente era muy extraño, en medio del huevo había un pequeño ojo exactamente encajado y que realmente parecía formar parte inherente del huevo y alrededor es éste las letras en latín.
Los sacerdotes no sabían qué pensar, el huevo fue llevado a la tienda de don Lucas Aliaga, donde lo exhibían en una vitrina; la terrible noticia se difundió por todo el pueblo. Entonces empezaron las oraciones, rosarios, penitencias para ver si Diosito les perdonaba de todas sus fechorías.
Realmente el pueblo se encontraba asustado; pero paró la semana y el mundo no había terminado, las autoridades empezaron a hacer las investigaciones del caso y se encontraron con la sorpresa que don Loro Cutulo había ocasionado toda esa ola de histeria colectiva.
Interrogado del asunto, el Loro Cutulo dijo que simplemente lo había hecho para asustar a la vieja tacaña de doña Rosa, la dueña de las gallinas.
Pasó el tiempo y todos se olvidaron de aquellos terribles días de miedo que habían sufrido, hasta que una tarde de esas, uno o dos alumnos de cada escuela y colegio que existía en ese tiempo llegaron a decir a sus respectivos directores que un astrónomo les había encargado pasar la voz de alarma que a las tres de la tarde se iba a producir un terremoto en Cajamarca y que por el largo viaje, desde Lima a las justas había llegado a tiempo y aún así no se daba abasto para visitar todos los centros educativos y explicar sobre el movimiento telúrico que iba haber, por eso había enviado a diferentes personas y alumnos para que den la voz de alarma y todos desocupen los edificios y casas.
Así pues, todos los alumnos, amas de casa, empleados, obreros y cuanta gente había, dejó de hacer sus diarias tareas para ir a refugiarse al campo.
La plaza de armas estaba llena de gente, las calles, los corrales, todos esperando el momento del terrible terremoto. Llegó las tres de la tarde, las cuatro, las cinco, las seis y nada; la policía el alcalde y subprefecto movilizaron su gente para hacer las respectivas investigaciones y volvieron a darse con un duro golpe en la cabeza. El causante de tal tremenda conmoción social era don Loro Cutulo.
Tiempos después, cuando todos habían vuelto a la normalidad y se habían olvidado del terremoto, resultaron con la novedad que había aparecido una bruja que por las noches volaba sobre Cajamarca en su escoba y se llevaba a los niños, por eso, nadie debería salir a partir de las seis de la tarde.
Efectivamente en aquellas noches de luna se veía sobre la plaza de armas y cercanías la figura negra de un ser espantoso montado en una escoba y que flotaba en el aire, tal y como lo pintan en los cuentos de brujas; ¡que temor! Cajamarca volvió a sentir miedo.
¿Que había sucedido? - Resulta que el famoso Loro Cutulo había hecho una cometa muy grande con la silueta de la bruja y su escoba y se había ingeniado para llevar un cordel desde el río o quebrada que cruza el Jr. Dos de Mayo hasta Santa Apolonia y desde allí ayudado por amigos elevaban la gigantesca cometa.
Así don famoso Loro Cutulo mantuvo nuevamente en jaque a la población cajamarquina.
Créditos/mitosyleyendasdecajamarca.blogspot.pe
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