sábado, enero 6

La Leyenda de: El Pacto Del Padre de Ricardo

El Pacto Del Padre de Ricardo

Como de costumbre, cada día la madre de Ricardo pidió a su esposo que la acompañara a ordeñar. Ambos fueron alegres como todos los días, ya que para ellos sus vidas juntas eran felicidad, sobre todo la que les daban sus hijos.
La Leyenda de: El Pacto Del Padre de Ricardo - DePeru
La Leyenda de El Pacto Del Padre de Ricardo - La Laguna Huaca de la Serpiente
En Socchapampa se vislumbraba un día cálido. Era un día común para los padres de Ricardo cuando llegaron al campo. La señora se puso a ordeñar sus vacas, mientras su esposo, atraído extrañamente hacia la Huaca de la Serpiente, se quedó frente a ella como momificado y en silencio, solo observando. De pronto rompió el silencio y exclamó: "¿Viviré si me lanzo de esta peña?"

Enseguida, misteriosamente, los animales empezaron a inquietarse. Desde este día sin fecha, empieza la triste situación de mi amigo, desde este momento su vida y la de su familia cambió rotundamente. Su Padre cambió de conducta; todos los días tomaba, y muchas veces empezó a subir la loma en la que se encontraba la Huaca, esto para sacrificar un animal.

Cada vez se hicieron más fuertes los comentarios en Socchapampa respecto a la vida que estaba llevando el señor Guerrero (así es el apellido del padre de Ricardo). Muchos decían:

- Está compactado con el demonio
- Aléjense de él todos, porque el demonio es su amigo y de seguro acabará con nosotros.

Así fueron muchos de los comentarios negativos sobre este señor. Los cuales agredían emocionalmente a él y a su familia.

Los sacrificios de un animal que hacía a la Huaca--- cada tres o cuatro días---- enfadaban a su esposa e intranquilizaban a sus hijos, en especial al menor, Ricardo, quien a pesar de ser un niño de un año y medio sufría el abandono de su padre. En un principio, este se mostraba cariñoso con el pequeño; pero, desde el día en que subió a la loma y observó silenciosamente a la Huaca de la Serpiente se derrumbó, arrastrando también a su familia.

Preocupante, ¿no? Mientras pasaba el tiempo, la situación de este hombre empeoraba; nadie sabía que pasaba.

Un día decidieron realizar una "mesa" ; curiosamente fue el 31 de octubre. La familia quería resultados esperanzadores, pero nada se pudo hacer ; por el contrario, las cosas empeoraron. La versión del "maestro" (curandero) fue: "No puedo combatir a quien me ayuda".

Este inusitado hecho hizo que los rumores- ya extendidos- sobre el pacto del padre de Ricardo con el demonio crecieron aún más.

- Está poseído- decía la gente.
- Ha cambiado el señor Guerrero tanto; solo vive a merced de la Huaca.

Esto era de oír todos los días, ya sea en las chacras, en los caminos y acequias. Era el pan de cada día.

El sacrifico que este hombre otorgaba a la Huaca iba cambiando; si no era un animal regalaba algún producto alimenticio o algún objeto de valor.

Cuando el sol irradiaba la mañana, este hombre se levantó, cargó al pequeño Ricardo, lo lavó y vistió adecuadamente; con un abrazo fuerte y angustioso se despidió de él. Al salir de la pequeña habitación, le dijo a su esposa:

- Cuida a tus hijos, que uno de ellos puede morir si no hago algo ahora mismo.
- ¿Qué?, pero qué significa esto. replicó la esposa,
- Haz lo que te digo mujer , y no preguntes nada más.
-Y la esposa agregó: No me digas, otra vez te vas donde esa maldita Huaca. ¿No ves que así vas a acabar con todos nosotros?
- No te preocupes, que ya esto va a acabar. Te quiero mucho. Y cuida a mis hijos.

Con estas palabras, la señora creyó que su esposo Ricardo se había curado definitivamente de esta enfermedad tan rara , mas lo insólito es que se estaba despidiendo. A las doce del medio día del 31 de octubre del año siguiente ( pues ya había pasado un año desde aquel momento que cambió la vida de su familia), el señor Guerrero desapareció. Nadie sabía donde estaba; recién después de varios horas de búsqueda se encontró a Redi, un perro que era el único compañero fiel que tenía el hombre, estaba llorando en la peña de la Huaca. Los peones se acercaron a ver por qué los aullidos del perro, quedando helados al ver al señor Guerrero en el abismo, muerto.

No se había caído por casualidad, se había tirado; no porque quería suicidarse, sino debido a que el próximo sacrificio que la Huaca le había pedido era el de su hijo menor, Ricardo. Él no aceptó tal petición, prefiriendo sacrificarse él y salvar la vida del pequeño.

Lamentablemente, la familia Guerrero no se ha desecho de esta Huaca de la Serpiente. Para ellos, es el único recuerdo que queda de quien un día prefirió morir a cambio de salvar la vida de un hijo suyo.
Créditos/piuraenlambayeque.blogspot.pe

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