viernes, agosto 24

¿Existió Jesús de Nazaret?

¿Existió Jesús de Nazaret?

Historiadores ponen en duda existencia de Jesús de Nazaret

Al margen de la fe de millones de cristianos, diversos historiadores e investigadores sostienen que no existen pruebas históricas de que Jesús de Nazaret existió.
Jesús de Nazaret —aquí, pintado por Tiziano—, ¿fue un hombre de carne y hueso?
A pesar de que cientos de millones de personas que profesan la fe cristiana han creído en el poder de su mensaje, un número creciente de historiadores y estudiosos ponen en duda la existencia de Jesús de Nazaret, pues más allá de los Evangelios y lo que se dice sobre él en el Nuevo Testamento, existen pocas evidencias históricas que sostengan o documenten la existencia del carpintero de Galilea. Sin afán de agraviar la fe de nadie, revisemos los argumentos que ofrecen estos estudiosos sobre la falta de datos y documentos confiables que ratifiquen que Jesús fue un hombre de carne y hueso.

Existen diversos textos cristianos, judíos y romanos que dan fe de la existencia de un hombre llamado Yeshua ben Yosef —Jesús, hijo de José, en hebreo. Por ejemplo, las Antigüedades de Josefo, escritas alrededor del año 94 d.C., mencionan al Jesús bíblico; y el historiador romano Tácito —en sus Anales, escritos alrededor del año 116 d.C.— se refirió al 'Cristo' y a su ejecución, ordenada por el gobernador Poncio Pilato. A pesar de lo anterior, los historiadores señalan la falta de fuentes históricas confiables, pues la mayoría de los relatos de Jesús provienen de fuentes cristianas, y en gran medidas éstos son relatos de terceros, escritos unos cien años después de su muerte, sin que ninguno de sus autores hubiera conocido físicamente a Jesús. Además, en los Evangelios canónicos de la Biblia no se menciona en absoluto la vida de Jesús entre las edades de 12 y 30 años, una extraña omisión para un hombre que sólo vivió hasta los 33 años. Un problema adicional es que pocos de los relatos bíblicos tienen un nombre real, completo e históricamente comprobable adjunto a ellos, y es un apóstol o evangelista quien "firma" el manuscrito. 
[Mural de la catacumba de Comodila, una de las primeras representaciones de Jesús con barba; siglo IV d.C.] 
Actualmente, existen varios libros que exploran el tema desde un ángulo escéptico e histórico: por ejemplo, 'Zealot' de Reza Aslan, 'Diez mitos cristianos que demuestran que Jesús nunca existió' de David Fitzgerald, y 'Cómo Jesús se hizo Dios', por Bart Ehrman. Fitzgerald, por ejemplo, argumenta que durante los primeros siglos de nuestra era todos los autores del cristianismo profesaban ellos mismos la fe cristiana, lo que pone en tela de juicio su objetividad histórica. Los relatos no religiosos escritos posteriormente, en gran medida, tomaron como base estos textos religiosos, de modo que no pueden considerarse fuentes confiables. En otras palabras: para la historia, si un autor escribe sobre un hecho cien años después de que éste ocurrió, no se considera válido; del mismo modo, si la identidad del autor no puede establecerse claramente, esto hace que el registro sea mucho menos confiable.
San Pablo de Tarso es el único autor del Nuevo Testamento que escribe sobre los eventos de la vida de Jesús cronológicamente; sin embargo, sus epístolas se basan en el "Jesús celestial", pero nunca mencionan al hombre viviente. Sorprende, entonces, que para una figura religiosa tan importante no hayan testigos oculares o directos que hayan dejado recuentos de primera mano de su años de predicación.  Los historiadores romanos Josefo y Tácito hacen pocas observaciones sobre su vida, pero éstas tuvieron lugar un siglo después del tiempo de Jesús, así que pudieron haber obtenido su información de mano de los primeros cristianos. Y esos raídos recuentos también son controvertidos, ya que los manuscritos habían sido alterados con el tiempo por los escribas cristianos cuyo trabajo era preservarlos. El historiador Richard Carrier acotó que incluso las referencias a Jesús en la obra de Josefo habían adiciones hechas años después por escribas cristianos. Señala también que un pasaje en particular, la ejecución de Jesús ordenada por Poncio Pilato, evidentemente fue extraído del Evangelio de Lucas. 
Carrier sostiene que el personaje de Cristo pudo haber sido una creación de un orden más mitológico que histórico, y podría haberse derivado de los primeros seres semidivinos de la mitología del Cercano Oriente. Estos mitos se desarrollarían con el tiempo en los evangelios, argumenta. Por supuesto, bien pudo haber habido un predicador judío llamado Yeshua ben Yosef, quien inspiró a muchas personas con sus enseñanzas. La mayoría de los historiadores creen que una persona real existió y se hizo mítica. Pero incluso de esto no pueden estar seguros…..
Créditos/milenio.com

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