Plan para recuperar el río Rímac
Un largo camino para devolver la vida al río Rímac
Cuando se habla del río Rímac, es más preciso decir ‘muere’ que ‘desemboca’. Se origina cristalino en las alturas de Junín, pero en 160 kilómetros de recorrido cuesta abajo la principal fuente de agua de Lima deja de ser una bendición de la naturaleza para volverse un peligroso y nauseabundo problema ambiental.
Los más recientes estudios de la Autoridad Nacional del Agua (ANA) sobre la contaminación en el río señalan que hay, por lo menos, 1.185 fuentes de contaminación, que se cuentan así a lo largo de todo el cauce: 736 vertimientos de desagües domésticos, 66 vertimientos de fábricas e industrias, 60 vertimientos de actividades mineras y 323 puntos donde se arroja basura. Al final, en su desembocadura al mar, en el Callao, las aguas llegan seriamente contaminadas.
La Agencia de Cooperación Internacional de Corea del Sur (Koica), a través de tres empresas estatales de ese país, terminó en el 2015 un plan maestro de 600 páginas para descontaminar, mejorar el paisaje, asegurar agua para los próximos años y evitar más desbordes en el río Rímac. Según este documento, se necesitan ejecutar 15 obras por US$1.006 millones, al cambio S/3.370 mlls. El cronograma de ejecución culmina en el 2024.
—El primer paso—
Uno de los 15 proyectos contemplados en el plan maestro es la implementación del Centro de Información de Recursos Hídricos del Río Rímac. Este será un sistema compuesto por ocho estaciones de monitoreo con sensores que medirán en tiempo real el caudal y los niveles de contaminación en el agua.
En marzo, el Ministerio de Agricultura del Perú firmó un memorándum de entendimiento con el Gobierno de Corea del Sur para empezar a implementar el citado plan. El primer paso es este centro de información de recursos hídricos. Su costo será de US$7 millones, de los cuales US$5 millones los financiará el Gobierno Coreano y la contrapartida correrá a cuenta del presupuesto de la ANA. Las obras demandarán tres años.
“Nos permitirá tener herramientas para medir el impacto de las plantas de tratamiento de aguas residuales, de las acciones de regulación de las avenidas y de las demás intervenciones del plan maestro en el Rímac”, comentó el director del Sistema Nacional de Información de Recursos Hídricos de la ANA, Carlos Verano.
A mediados de julio, la empresa coreana K-Water (que participó en la formulación del plan maestro del 2015) informó a la ANA que en setiembre comenzarán los estudios para determinar la ubicación de las ocho estaciones hidrológicas a lo largo del cauce y demás asuntos técnicos.
Julio Kuroiwa, del Laboratorio Nacional de Hidráulica, de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), comentó que el río Rímac sí tiene estaciones, pero estas no están interconectadas entre sí. “La única estación automatizada que mide el caudal del Rímac es una que está en Chosica y data de 1968”, explicó.
José de Piérola, de la Asociación Peruana de Ingeniería Hidráulica y Ambiental, consideró que se necesita un sistema de monitoreo en tiempo real, que ayude a alertar a las poblaciones de las cuencas media y baja cuando hay crecidas y también a detectar cambios en los parámetros físicos y químicos producto de la contaminación del río.
—Las otras grandes obras—
Además del mencionado centro de monitoreo, hay otros tres proyectos del plan que van a ser priorizados: una planta para tratar todas las aguas residuales que las industrias vierten a la quebrada del Huaycoloro (US$35 millones), un sistema para reusar los desagües que se tratan en la planta de Taboada (US$229 millones) y una represa en el río Santa Eulalia (US$34 millones) para aumentar las reservas de agua para Lima.
“Estos proyectos no están tan avanzados como el centro de monitoreo del Rímac. Todos tienen un esquema de inversión con aportes de Corea y por ahora hay que ir definiendo aspectos precisos sobre estas intervenciones”, explicó Verano.
La recuperación integral del Rímac también es parte de los objetivos de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios, adscrita a la Presidencia del Consejo de Ministros. Esta entidad informó que, con apoyo de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y expertos del Reino Unido, trabaja en la contratación de una consultora para que formule el plan integral de control de inundaciones y movimiento de masas del río Rímac. Este plan contará con una inversión inicial de S/15 millones.
Para la ministra del Ambiente, Fabiola Muñoz, es vital recuperar el río Rímac al ser Lima una ciudad que cada vez tiene menos espacios para disfrutar de la naturaleza.
“Estamos discutiendo para que en el reglamento de la Ley del Cambio Climático se disponga que los planes que elaboran los gobiernos locales incluyan componentes de medidas de prevención de riesgos, para evitar que, por ejemplo, la gente termine ocupando los cauces o fajas marginales de los ríos”, señaló.
Para Muñoz, la restauración del Rímac sería un “lindo regalo para los limeños por el bicentenario”.
Créditos/elcomercio.pe
Un largo camino para devolver la vida al río Rímac
Plan para recuperar el río Rímac |
Autoridad Nacional del Agua implementará un centro para monitorear la contaminación y crecidas del principal río de la capital. Recuperación de afluente demanda obras por más de US$1.000 millones.
Cuando se habla del río Rímac, es más preciso decir ‘muere’ que ‘desemboca’. Se origina cristalino en las alturas de Junín, pero en 160 kilómetros de recorrido cuesta abajo la principal fuente de agua de Lima deja de ser una bendición de la naturaleza para volverse un peligroso y nauseabundo problema ambiental.
Los más recientes estudios de la Autoridad Nacional del Agua (ANA) sobre la contaminación en el río señalan que hay, por lo menos, 1.185 fuentes de contaminación, que se cuentan así a lo largo de todo el cauce: 736 vertimientos de desagües domésticos, 66 vertimientos de fábricas e industrias, 60 vertimientos de actividades mineras y 323 puntos donde se arroja basura. Al final, en su desembocadura al mar, en el Callao, las aguas llegan seriamente contaminadas.
La Agencia de Cooperación Internacional de Corea del Sur (Koica), a través de tres empresas estatales de ese país, terminó en el 2015 un plan maestro de 600 páginas para descontaminar, mejorar el paisaje, asegurar agua para los próximos años y evitar más desbordes en el río Rímac. Según este documento, se necesitan ejecutar 15 obras por US$1.006 millones, al cambio S/3.370 mlls. El cronograma de ejecución culmina en el 2024.
—El primer paso—
Uno de los 15 proyectos contemplados en el plan maestro es la implementación del Centro de Información de Recursos Hídricos del Río Rímac. Este será un sistema compuesto por ocho estaciones de monitoreo con sensores que medirán en tiempo real el caudal y los niveles de contaminación en el agua.
En marzo, el Ministerio de Agricultura del Perú firmó un memorándum de entendimiento con el Gobierno de Corea del Sur para empezar a implementar el citado plan. El primer paso es este centro de información de recursos hídricos. Su costo será de US$7 millones, de los cuales US$5 millones los financiará el Gobierno Coreano y la contrapartida correrá a cuenta del presupuesto de la ANA. Las obras demandarán tres años.
“Nos permitirá tener herramientas para medir el impacto de las plantas de tratamiento de aguas residuales, de las acciones de regulación de las avenidas y de las demás intervenciones del plan maestro en el Rímac”, comentó el director del Sistema Nacional de Información de Recursos Hídricos de la ANA, Carlos Verano.
A mediados de julio, la empresa coreana K-Water (que participó en la formulación del plan maestro del 2015) informó a la ANA que en setiembre comenzarán los estudios para determinar la ubicación de las ocho estaciones hidrológicas a lo largo del cauce y demás asuntos técnicos.
Julio Kuroiwa, del Laboratorio Nacional de Hidráulica, de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), comentó que el río Rímac sí tiene estaciones, pero estas no están interconectadas entre sí. “La única estación automatizada que mide el caudal del Rímac es una que está en Chosica y data de 1968”, explicó.
José de Piérola, de la Asociación Peruana de Ingeniería Hidráulica y Ambiental, consideró que se necesita un sistema de monitoreo en tiempo real, que ayude a alertar a las poblaciones de las cuencas media y baja cuando hay crecidas y también a detectar cambios en los parámetros físicos y químicos producto de la contaminación del río.
—Las otras grandes obras—
Además del mencionado centro de monitoreo, hay otros tres proyectos del plan que van a ser priorizados: una planta para tratar todas las aguas residuales que las industrias vierten a la quebrada del Huaycoloro (US$35 millones), un sistema para reusar los desagües que se tratan en la planta de Taboada (US$229 millones) y una represa en el río Santa Eulalia (US$34 millones) para aumentar las reservas de agua para Lima.
“Estos proyectos no están tan avanzados como el centro de monitoreo del Rímac. Todos tienen un esquema de inversión con aportes de Corea y por ahora hay que ir definiendo aspectos precisos sobre estas intervenciones”, explicó Verano.
La recuperación integral del Rímac también es parte de los objetivos de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios, adscrita a la Presidencia del Consejo de Ministros. Esta entidad informó que, con apoyo de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y expertos del Reino Unido, trabaja en la contratación de una consultora para que formule el plan integral de control de inundaciones y movimiento de masas del río Rímac. Este plan contará con una inversión inicial de S/15 millones.
Para la ministra del Ambiente, Fabiola Muñoz, es vital recuperar el río Rímac al ser Lima una ciudad que cada vez tiene menos espacios para disfrutar de la naturaleza.
“Estamos discutiendo para que en el reglamento de la Ley del Cambio Climático se disponga que los planes que elaboran los gobiernos locales incluyan componentes de medidas de prevención de riesgos, para evitar que, por ejemplo, la gente termine ocupando los cauces o fajas marginales de los ríos”, señaló.
Para Muñoz, la restauración del Rímac sería un “lindo regalo para los limeños por el bicentenario”.
Créditos/elcomercio.pe
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