La carne, mitos y verdades
Miles de años de evolución han determinado que nuestro sistema digestivo esté bien adaptado para consumir carne.
La carne sin duda alguna, es uno de los alimentos más polémicos de la dieta de los seres humanos, esto a conocimiento que la misma ha sido consumida a lo largo de toda la evolución de la especie humana; así lo confirma un estudio realizado por la Universidad de Harvard, publicado en marzo de 2016, por la revista científica 'NATURE', donde se evidencia que el consumo de proteínas, provenientes de la carne, resultó esencial para la evolución de la especie humana. Tanto es así, que, si nuestros ancestros no hubieran tomado una parte de su alimentación en forma de proteínas y grasas de la carne, nuestro cerebro no se hubiera desarrollado. Es decir: COMER CARNE NOS CONVIRTIÓ EN HUMANOS.
Recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS), basándose en estudios epidemiológicos, clasifico a la carne roja en el grupo 2A, es decir, probablemente cancerígena, lo que en realidad significa que, aunque existe un riesgo este es mínimo, si se consume en cantidades moderadas y junto a otros alimentos, como las hortalizas, por ejemplo.
Un estudio epidemiológico es un estudio observacional, estos estudios científicos según la nutricionista Lucía Redondo Cuevas, no suelen tomar en cuenta la calidad de la carne, y meten en un mismo saco a las carnes rojas y a las carnes procesadas, estudios determinan que la carne de vaca que se alimenta de forma natural, a pastoreo, es más nutritiva que la carne de vaca alimentada con granos o cereales; esta carne contiene abundante omega3, que es saludable para el corazón, contiene proteínas de buena digestibilidad, y minerales y vitaminas en cantidades suficientes.
El científico Alfonzo Carrascosa especialista en Seguridad Alimentaria de la Agencia Estatal CSIC, el mayor organismo de investigación de España y tercero de Europa, dice que: -La OMS, en ningún momento dijo que comer carne provocaba cáncer- y que esta aseveración, fue una exageración monumental, una mala interpretación al informe, por parte de ciertos sectores.
En conclusión, el equilibrio en la mesa, debe estar garantizado por una fuente de proteínas de alta calidad, como las que aporta la carne, esta es fundamental para asegurar el correcto desarrollo físico e intelectual de los niños y jóvenes; además, según asevera Carrascosa, el evitar consumir carne para nada es beneficioso, para la salud; en su defecto se priva al organismo de una de las pocas fuentes dietéticas de vitamina B12, fundamental para el correcto funcionamiento del sistema nervioso y para evitar ciertos tipos de anemia.
Créditos/lahora.com.ec/Fredy Cueva Castillo/Pablo Fabián Ortiz Muñoz
Miles de años de evolución han determinado que nuestro sistema digestivo esté bien adaptado para consumir carne.
La carne sin duda alguna, es uno de los alimentos más polémicos de la dieta de los seres humanos, esto a conocimiento que la misma ha sido consumida a lo largo de toda la evolución de la especie humana; así lo confirma un estudio realizado por la Universidad de Harvard, publicado en marzo de 2016, por la revista científica 'NATURE', donde se evidencia que el consumo de proteínas, provenientes de la carne, resultó esencial para la evolución de la especie humana. Tanto es así, que, si nuestros ancestros no hubieran tomado una parte de su alimentación en forma de proteínas y grasas de la carne, nuestro cerebro no se hubiera desarrollado. Es decir: COMER CARNE NOS CONVIRTIÓ EN HUMANOS.
/Imagen/contextoganadero.com
Miles de años de evolución han determinado que nuestro sistema digestivo, este bien adaptado para consumir carne, obviamente la carne que actualmente consumimos, no tiene nada que ver con la que consumían nuestros antepasados, de ahí la importancia de diferenciar algunas consideraciones de tipo técnico a la hora de escoger una carne, pues como cualquier otro alimento, existen carnes buenas, malas y pésimas, si las analizamos desde los aspectos de salud, culturales y ambientales.Recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS), basándose en estudios epidemiológicos, clasifico a la carne roja en el grupo 2A, es decir, probablemente cancerígena, lo que en realidad significa que, aunque existe un riesgo este es mínimo, si se consume en cantidades moderadas y junto a otros alimentos, como las hortalizas, por ejemplo.
Un estudio epidemiológico es un estudio observacional, estos estudios científicos según la nutricionista Lucía Redondo Cuevas, no suelen tomar en cuenta la calidad de la carne, y meten en un mismo saco a las carnes rojas y a las carnes procesadas, estudios determinan que la carne de vaca que se alimenta de forma natural, a pastoreo, es más nutritiva que la carne de vaca alimentada con granos o cereales; esta carne contiene abundante omega3, que es saludable para el corazón, contiene proteínas de buena digestibilidad, y minerales y vitaminas en cantidades suficientes.
El científico Alfonzo Carrascosa especialista en Seguridad Alimentaria de la Agencia Estatal CSIC, el mayor organismo de investigación de España y tercero de Europa, dice que: -La OMS, en ningún momento dijo que comer carne provocaba cáncer- y que esta aseveración, fue una exageración monumental, una mala interpretación al informe, por parte de ciertos sectores.
En conclusión, el equilibrio en la mesa, debe estar garantizado por una fuente de proteínas de alta calidad, como las que aporta la carne, esta es fundamental para asegurar el correcto desarrollo físico e intelectual de los niños y jóvenes; además, según asevera Carrascosa, el evitar consumir carne para nada es beneficioso, para la salud; en su defecto se priva al organismo de una de las pocas fuentes dietéticas de vitamina B12, fundamental para el correcto funcionamiento del sistema nervioso y para evitar ciertos tipos de anemia.
Créditos/lahora.com.ec/Fredy Cueva Castillo/Pablo Fabián Ortiz Muñoz
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