¿Cuántos regalos debería tener un niño en Navidad?
Seguro que te ha pasado alguna vez. Después de recorrerte todos los centros comerciales de tu ciudad y localidades colindantes, has encontrado la mansión de Pin y Pon (¿siguen existiendo Pin y Pon?) que tu hijo necesitaba para seguir viviendo, la has envuelto, la has puesto debajo del árbol (o junto al zapato, la tradición que aplique) y… ni la ha mirado. Es más, la ha sacado solo para poder fabricar un tren con la caja. Y tú estás ahí agachado, dibujando las ventanitas del vagón comedor, con una contractura en la espalda y 100 euros más pobre.
Todo esto viene del hecho de que hoy en día los niños reciben diez veces más regalos de los que necesitan. Y el resultado es una montaña de juguetes que acabarán abandonados en el fondo de un cajón, y una generación de niños sobreestimulados y consumistas. Si encima eres moderno y, además de a los Reyes Magos, invitas a Papá Noel a casa, el problema viene por partida doble.
La solución es seguir la regla de los cuatro regalos. ¿Te parecen pocos? No lo son. Un número más reducido les ayudará a valorar lo que reciben y a dar uso a todos ellos. Pero no vale cualquier regalo.
Algo que realmente quieran
Es el momento de darles el caprichazo (no un iPhone). El regalo que les ha empujado a hacer la cama todos los días de las últimas dos semanas y que estaba rodeado de estrellitas en la carta (el iPhone no, el otro). Un regalo que de verdad, de verdad, les apetezca. Pero, en serio, no le compres un iPhone.
Algo que realmente necesiten
Te pasas el día comprando cosas que le hacen falta. La Navidad es un buen momento para continuar esa bella costumbre de la paternidad. Cómprale una mochila nueva para el colegio, o un neceser para que lleve a las excursiones, o un estuche. Pero que tenga dibujos guays, que sigue siendo un regalo.
Algo para llevar
Aquí recogemos cualquier prenda de ropa. Escoge una que sepas que quieren. Una chaqueta o unas zapatillas son buena opción.
Algo para leer
Incluso si son bebés, nunca es pronto para iniciarles en el hábito de sostener un libro en las manos. A la larga, será uno de los regalos que más aprovecharán y cuidarán. Consejo: elige uno medianamente interesante, porque te va a tocar leérselo de vez en cuando.
Problemas que te puedes encontrar (y soluciones)
Vale, ya hemos llegado a la conclusión de que hacerle cuatro regalos no es una crueldad. Pero, a efectos prácticos, los niños suelen recibir regalos de los abuelos, los tíos, etcétera. ¿Cómo hacemos para evitar que nuestro hijo acabe con 15 regalos y, encima, nosotros seamos los cutres?
Hay varias opciones. Una es pedirle a la familia que no le regalen nada (todos sabemos que tu madre no va a hacerte ni caso). Otro es organizar el día de Reyes de forma que cada familia regale a un solo primo, y descontar ese regalo de los que va a recibir en casa. También podéis montar un amigo invisible y haceros un regalo con presupuesto tope. O pedir que le regalen dulces navideños. Puntos extra si son los que a ti te gustan.
Al final de las fiestas, te encontrarás con que tu hijo, por primera vez, se acuerda de todos los regalos que ha recibido, y juega con ellos hasta las próximas navidades. Y si te estás preguntando si el tope de cuatro regalos incluye Papá Noel y Reyes, la respuesta es sí. Si te supone un drama darle solo dos paquetes, dile al gordo de rojo que se quede en casa este año y celebra el 6 de enero. De toda la vida.
Créditos/revistagq.com
Como cada año, tu hijo te presenta una carta para los Reyes Magos más larga que tu historial de la Seguridad Social, y te deja preguntándote cómo hacer la criba. Nosotros te lo contamos: sigue la regla de los cuatro regalos.
Seguro que te ha pasado alguna vez. Después de recorrerte todos los centros comerciales de tu ciudad y localidades colindantes, has encontrado la mansión de Pin y Pon (¿siguen existiendo Pin y Pon?) que tu hijo necesitaba para seguir viviendo, la has envuelto, la has puesto debajo del árbol (o junto al zapato, la tradición que aplique) y… ni la ha mirado. Es más, la ha sacado solo para poder fabricar un tren con la caja. Y tú estás ahí agachado, dibujando las ventanitas del vagón comedor, con una contractura en la espalda y 100 euros más pobre.
Todo esto viene del hecho de que hoy en día los niños reciben diez veces más regalos de los que necesitan. Y el resultado es una montaña de juguetes que acabarán abandonados en el fondo de un cajón, y una generación de niños sobreestimulados y consumistas. Si encima eres moderno y, además de a los Reyes Magos, invitas a Papá Noel a casa, el problema viene por partida doble.
La solución es seguir la regla de los cuatro regalos. ¿Te parecen pocos? No lo son. Un número más reducido les ayudará a valorar lo que reciben y a dar uso a todos ellos. Pero no vale cualquier regalo.
Algo que realmente quieran
Es el momento de darles el caprichazo (no un iPhone). El regalo que les ha empujado a hacer la cama todos los días de las últimas dos semanas y que estaba rodeado de estrellitas en la carta (el iPhone no, el otro). Un regalo que de verdad, de verdad, les apetezca. Pero, en serio, no le compres un iPhone.
Algo que realmente necesiten
Te pasas el día comprando cosas que le hacen falta. La Navidad es un buen momento para continuar esa bella costumbre de la paternidad. Cómprale una mochila nueva para el colegio, o un neceser para que lleve a las excursiones, o un estuche. Pero que tenga dibujos guays, que sigue siendo un regalo.
Algo para llevar
Aquí recogemos cualquier prenda de ropa. Escoge una que sepas que quieren. Una chaqueta o unas zapatillas son buena opción.
Algo para leer
Incluso si son bebés, nunca es pronto para iniciarles en el hábito de sostener un libro en las manos. A la larga, será uno de los regalos que más aprovecharán y cuidarán. Consejo: elige uno medianamente interesante, porque te va a tocar leérselo de vez en cuando.
Problemas que te puedes encontrar (y soluciones)
Vale, ya hemos llegado a la conclusión de que hacerle cuatro regalos no es una crueldad. Pero, a efectos prácticos, los niños suelen recibir regalos de los abuelos, los tíos, etcétera. ¿Cómo hacemos para evitar que nuestro hijo acabe con 15 regalos y, encima, nosotros seamos los cutres?
Hay varias opciones. Una es pedirle a la familia que no le regalen nada (todos sabemos que tu madre no va a hacerte ni caso). Otro es organizar el día de Reyes de forma que cada familia regale a un solo primo, y descontar ese regalo de los que va a recibir en casa. También podéis montar un amigo invisible y haceros un regalo con presupuesto tope. O pedir que le regalen dulces navideños. Puntos extra si son los que a ti te gustan.
Al final de las fiestas, te encontrarás con que tu hijo, por primera vez, se acuerda de todos los regalos que ha recibido, y juega con ellos hasta las próximas navidades. Y si te estás preguntando si el tope de cuatro regalos incluye Papá Noel y Reyes, la respuesta es sí. Si te supone un drama darle solo dos paquetes, dile al gordo de rojo que se quede en casa este año y celebra el 6 de enero. De toda la vida.
Créditos/revistagq.com
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